Introducción.
Este libro nació de la necesidad de unificar un
lenguaje a nuestro Ministerio. Comenzó con un seminario que fue ministrado para
el equipo de 12, y que tomó proporciones mayores, llevándonos a extenderlo a
todos nuestros discípulos.
Espero que sea
una bendición para su vida y para su
ministerio, así como ha sido para todos nosotros, nuestro Ministerio
Generando Vidas, pues hemos logrado un crecimiento extraordinario. Todo a
partir de la conciencia de que un equipo de 12 es el sistema de gobierno más
extraordinario que tenemos hoy para la Iglesia de Jesucristo.
El modelo de 12 fue desarrollado por el mismo Dios,
desde la fundación del mundo, cuando el
Señor estableció 12 horas para gobernar el día y 12 horas para gobernar
la noche, 12 tribus de Israel, 12 meses del año, 12 puertas de la nueva
Jerusalén, 12 perlas, una para cada puerta,
etc.
Este libro no tiene la intención de agotar el tema, ni
tiene la intención de hacer un manual de cómo formar un equipo de éxito, mas
tiene la intención de ser una herramienta para aquellos que, de corazón,
quieren tener un equipo de 12 consolidado y conquistado.
La formación de un equipo de doce depende mucho de la
dedicación del líder, depende totalmente de su decisión. Cuando queremos algo
con todo nuestro corazón, nos encontraremos personas que están dispuestas a
seguirnos.
Un equipo de 12 es la
manera más eficiente de establecer un gobierno de la iglesia, es algo
que Dios hizo para estos últimos días, y ha traído consigo una reforma en la
manera de gestionar la eficiencia y multiplicar la calidad.
Cuando oímos hablar de la Visión Celular,
pastoreábamos en Manaus. Al principio la gente iba para un “Encuentro con
Dios”, y rechazábamos la idea. En realidad, yo, en mi religión, no aceptaba el
hecho de que una persona que ya había aceptado a Jesús, no tuviese un encuentro
con Él.
Cuando supe que la Visión Celular estaría conformada
por 12 discípulos, que estos serían los
líderes de la Iglesia y que a su vez
liderarían 12 cada uno, que serían 12 líderes más y serían infinitamente
multiplicados… confieso que en mi corazón sentí una opresión. Era un
sentimiento de temor, si uno de los “12” decidía irse, él tendría mucha influencia en la
iglesia, y ciertamente tomaría toda su generación. Mi temor era que hubiese una división en la congregación.
Es interesante saber cuánto de egoísmo tenemos en
nuestros corazones. En aquella época teníamos más de 150 personas frecuentando
la iglesia y yo me estaba preocupando,
no con el crecimiento del Reino, mas con la pérdida que pudiera tener. Yo
estaba con miedo de perder lo que aún no poseía.
Esto no es muy agradable de relatar, pero es
extremadamente necesario, porque hemos encontrado muchos líderes que no se
desatan porque tienen miedo a la
conquista. En realidad ellos no han ganado, y tiene miedo de perder lo que
aún no tienen. Tenía esta sensación en
mi corazón. Fruto de la vieja estructura.
Es muy difícil romper con esas viejas estructuras del
alma, de aceptar una nueva manera de ver el Reino. Hoy en día vemos a muchos
líderes que en el pasado “demonizaron” la Visión, hombres influyentes, que hoy
necesitan tragarse las palabras precipitadas
que han emitido en nombre de su “fe”.
Con certeza, esos líderes influenciarán a muchos para
que no aprendan sobre el mover que Dios estaba y está liberando sobre su
iglesia en estos tiempos. Aceptar lo que es nuevo es difícil, más tenemos que
tener una postura de analizar, orar, procurar saber lo que Dios está haciendo,
para que no nos encontremos luchando contra Dios.
Debemos seguir un sabio consejo
de Gamaliel, “Entonces
levantándose en el concilio un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley,
venerado de todo el pueblo, mandó que sacasen fuera por un momento a los
apóstoles, y
luego dijo: Varones israelitas, mirad por vosotros lo que vais a hacer respecto
a estos hombres. Porque antes de estos días se levantó Teudas, diciendo
que era alguien. A éste se unió un número como de cuatrocientos hombres; pero
él fue muerto, y todos los que le obedecían fueron dispersa dos y reducidos a nada”. (Hechos 5:34-36)
Cuando se nos presenta algo que
no conocemos, no debemos criticar. La verdad debemos orar y pedir
discernimiento a Dios. Pienso que esa es una de las mayores barreras que ha
impedido a líderes de diversas denominaciones, en todos los lugares a desatarse
de todas sus cadenas. Ellos juzgan lo que no saben y condenan lo que no se les ha revelado.
Al descubrir la Visión, intentábamos
adaptarla a nuestra manera de trabajar, y resultó un fiasco. Ganábamos mucho,
mas perdíamos también. Muchos quieren adaptar la Visión, queriéndose “proteger”
de una posible traición. Otros consideran que el Encuentro es una bendición y
que las células son una buena herramienta de conquista, sin embargo creen que
pueden utilizarlas a su manera; y eso no funciona.
La verdad, algunos líderes que son como
yo era, tienen miedo del crecimiento de un discípulo, miedo de lo que pueda
acontecer en su “reino particular.”
Algunos hasta terminan por matar los sueños de un discípulo por causa de
su inseguridad. Cuando ven que alguien está sobresaliendo más que los demás,
que está creciendo, sienten temor de perder el amor del rebaño, miedo a que el
discípulo pueda ser más amado que él. Yo
sé lo que estoy afirmando, pues viví eso. Sé lo que significa ser cercenado cuando
se está ganando y conquistando, y sé lo que es sentir inseguridad.
Cuando supe de la
estructura de la Visión, sentí miedo,
pero gracias a Dios que tuvo misericordia de nosotros, de hecho, de mí, porque
todo se centraliza en el líder y era justamente yo, el obstáculo de la
multiplicación de nuestro ministerio.
Estoy convencido de
que un líder es responsable por todo lo
que acontece en su organización, responsable por aquellos que están bajo su liderazgo. En nuestro caso, habíamos crecido,
mas no nos habíamos multiplicado, porque crecer es una cosa y multiplicarse es
otra.
Cuando una iglesia
crece, es muy dependiente de su líder, necesita de la presencia constante de
éste. Cuando la iglesia se multiplica, deja de ser un lugar de muchos
seguidores y pasa a ser un lugar de multiplicadores.
Los seguidores
siguen a su líder, los multiplicadores multiplican la visión del líder, ellos
reproducen aquello que reciben.
Capítulo 1
El líder y el arte de conquistar.
Nuestro ministerio
nació un 13 de agosto de 2000. Fue un parto doloroso, pues, la última cosa que
yo quería en el mundo era ser fundador de una iglesia. Pero las circunstancias
nos llevaron a salir, y nos fuimos y estábamos bajo la bendición, porque
después de la construcción de iglesias, la jubilación, trabajar incansablemente
desde hace 16 años bajo los auspicios de una organización, que tuve que
abandonar.
Cuando usted tiene
un llamado de Dios, aunque el enemigo intente todo por acabar con usted, su
llamado siempre hablará más fuerte en su corazón.
Recuerdo que al
entregar el templo que fue construido con muchas lágrimas y sudor, con una
congregación y 16 años de dedicación pastoral, fue un tiempo de angustias… pero
Dios, nuestro Dios, nos sostuvo, y nació nuestro Ministerio Generando Vidas;
nació debajo de un árbol. Después de cuatro años, contábamos con un grupo de
aproximadamente 150 personas, estábamos dejando el alquiler de un salón de
baile para una tienda de campaña.
Llevamos los
discípulos para un Encuentro con Dios. Fue un momento muy lindo, mi Equipo y yo pudimos ver que el Encuentro
no era nada de aquello que habíamos pensado.
El Encuentro, que antes fue rechazado por mí, se torno en una
herramienta de gran valor. Entonces vinieron las persecuciones… fueron tantas
que sería necesario escribir un libro para contarlas.
Fue bajo mucha lucha que fuimos reafirmando y
estableciendo el Reino. Sin embargo, el
temor a dar la posición de liderazgo a los 12 discípulos y que algunos de ellos
crecieran y traicionarán al ministerio, el cual yo pensaba era mío, impidió que absorbiésemos la Visión completa.
Hicimos Encuentros,
Reencuentros, Escuela de Líderes. Pero la Visión todavía no había entrado en
nosotros. Nosotros todavía no habíamos sido absorbidos por la Visión. Porque hay una gran diferencia entre
entrar en la Visión y que la Visión entre en usted. Podemos caminar en una
estrategia sin ser absorbidos por ella.
Cuando entramos en
la Visión, aprendemos métodos, prácticas. Más, cuando la Visión entra en
nuestros corazones, cuando somos absorbidos por la Visión, nosotros la
recibimos como una revelación de parte de Dios y no como un simple método de
crecimiento.
En 2005 asistí a un
Congreso de Rescate de la Nación en
Puerto Seguro. Me encontraba afectado por la malaria, que había contraído en
Manaus, razón por la cual acabé participando en una conferencia apenas, allí
los médicos habían diagnosticado la enfermedad en el hospital. Fue un momento
notable, primero a causa de la fiebre de 40º y los dolores de cabeza
fortísimos, y después porque a partir de aquel Congreso, la Visión entró en
nuestro corazón, y fue en ese mismo año cuando nació la estrategia del Mover
Celular Fruto Fiel.
El Apóstol René nos
ministró en un hotel de la ciudad, entonces todo comenzó a cambiar. Fui tratado
en mi alma, comencé a frecuentar las Reuniones de 12 que son realizadas en
Manaus, e implantamos el Fruto Fiel en nuestro Ministerio.
Es interesante
resaltar que estábamos deseosos en conquistar, fuimos enseñados que, para implantar
el Mover Celular, deberíamos tener todas las mañanas dos horas de oración en
el Templo, ministrar la cena para todos
los participantes y también consagrar una ofrenda. Eso durante 12 semanas.
Llamé a los
discípulos y establecimos el Fruto Fiel. Determinamos que la iglesia
permanecería abierta las 24 horas, y que cada discípulo permanecería
responsable por una hora, todos los
días, durante la noche. Y todas las
mujeres esposas de los 12 de primera generación, estarían orando durante
el día. Cubrimos las 12 horas de la
noche y las 12 horas del día.
Yo me ofrecí para
orar en las horas en que ninguno pudiese
o quisiese. Cuando hacemos las cosas dirigidos por Dios no podemos volver
atrás, aunque el precio sea alto. Recuerdo que mi horario fue de dos horas
hasta las tres de la madrugada. Conmigo, mis discípulos también sufrieron por
90 días. Teníamos ojeras, muchas de esas madrugadas fueron debajo de lluvias
intensas, porque dicen que en Manaus, durante seis meses llueve todos los días
y los otros seis meses llueve todo el día.
Estableciendo el Fruto Fiel.
Una vez por mes, en
un culto específico, los 12 presentaban sus generaciones. Era común ver discípulos
encontrándose corriendo de arriba para abajo, y de abajo para arriba por las
calles de la ciudad.
En una reunión de
12, algunos se quejaron de que estaban cansados y que era una pesada carga.
Ellos preguntaban si era posible hacer el culto de Fruto Fiel cada tres
meses, a causa de todo lo que implicaba
la logística, (el líder presenta su
generación y los frutos que gana durante el mes los cuales deben estar
uniformados con camisas del mismo color,
globos, banderas etc.) Como nuestra generación aún no estaba
consolidada, era una lucha que asistieran todos al culto.
Confieso que en ese
momento sentí pena por el cansancio de
ellos, sin embargo mantuve mi postura.
Me pidieron entonces que fuera cada dos meses… conversé con ellos, los convencí
que es mejor para nosotros mantener una posición. En otro tiempo yo daría una
orden, mas estaba aprendiendo que un verdadero líder no impone una Visión, él convence
a sus discípulos de aquello que es mejor. Yo los oí y luego puse mis
resoluciones.
Después de la
reunión ellos estaban convencidos de que había un precio que pagar para la
conquista. Que no sería más difícil que pasar 90 días durmiendo poquísimas horas
por la noche, como fue la oración del
reloj.
Hoy tenemos Fruto
Fiel de generaciones. Cada 12 presenta su generación una vez por mes. Tenemos
Fruto Fiel de Redes de Hombres, Redes de Mujeres, Redes de Jóvenes, y ahora
estamos presentando la 2ª generación de 12, de los 144.
Mis 12 ya realizan
Fruto Fiel de sus generaciones, y
nuestros 144 presentan las generaciones de ellos. Hoy tenemos generaciones
macro, y 144 generaciones menores, eso por ahora.
Nuestro Fruto Fiel
es una fiesta de conquista. Nosotros celebramos la conquista que hemos
alcanzado, y en el día de la presentación ganamos más, una multitud que vienen
para participar. Esa estrategia vino del cielo.
Una vez por año nos
reunimos como MIR (Ministerio
Internacional de Restauración), en el Centro de Convenciones de Manaus, y
presentamos todo nuestro ministerio. Ese es el Fruto Fiel anual, que acontece
en el Congreso Internacional de la Visión Celular; en ese Fruto Fiel todo
nuestro Ministerio viste con los colores de la bandera de Israel, pues ese es
nuestro color.
Actualmente,
refiriendo a este 2010, alquilamos 117 autobuses para transportar nuestras
generaciones. Pero cada año se multiplica. Espero que un día, en el Congreso o
en Porto Seguro de Manaus, los estados se presenten con sus respectivos colores
y camisetas así como las naciones se presentan en Jerusalén por la ocasión de
la fiesta de los Tabernáculos, cuando en un día especial, todas las naciones
realicen una marcha, con banderas, bocinas, camisetas con los colores de su nación.
Es muy lindo. El Fruto Fiel de las naciones. Un día ese Fruto Fiel estará
delante del Señor, cuando todas las naciones se presenten.
Hemos dado libertad
de conquista a nuestros discípulos, no los obligamos a caminar con nosotros,
mas tenemos un Equipo comprometido con la alianza. Pienso que la decisión de
dar libertad a los discípulos
enseñándoles a ellos que no son
obligados a caminar con nosotros en nuestra conquista, ha hecho que la caminata
sea establecida en amor, y esto genera
una mayor productividad en las células y la conquista de las generaciones.
Para que una
conquista sea establecida en la Visión, es necesario que los 12 mantengan una
fuerte alianza con el líder, ellos no son obligados a caminar con él, ellos
caminan porque su corazón ya fue conquistado y así como el corazón del líder
tiene que estar con los discípulos, el de ellos también con el del líder.
Nuestra alianza es una alianza de amor, de
compañerismo. Es una fidelidad de ellos conmigo, y mi fidelidad con ellos es
algo que ha hecho la diferencia. Una de las cosas más importantes que aprendí,
y trato de enseñar a los discípulos, es
que no somos dueños de la iglesia. Esto evita que pierda mi tiempo
preocupándome de si alguien desea salir del ministerio, por ejemplo.
Estamos juntos en una conquista
sobrenatural porque la base de nuestra unidad
es el amor que tenemos y que permanece en nuestras decisiones. La verdad
es que yo digo públicamente que si alguno de los discípulos se quiere ir, no
necesita irse secretamente. Yo no me lo voy a comer. Ellos son libres para
decidir el camino que quieran tomar.
Después
de ser Pastor por más de 20 años,
hoy digo que sé lo que es tener el
placer de pastorear. Sé lo que es tener un Equipo de éxito. Doy a mis
discípulos el derecho de escoger, y nunca maldije a nadie porque no quisiera
andar conmigo en alianza. Por el contrario, de corazón los bendigo, sobre todo
a aquellos que, de alguna manera, pienso que están mejor lejos de nosotros que
cerca.
Es interesante como todo pastor recibe
con alegría un discípulo que se dispone a incorporarse a su ministerio, más cuando alguien se quiere
salir, es tachado de rebelde, de traidor. Algunos líderes piensan que han hecho
un sacrificio mayor que el Señor Jesús por sus discípulos. Piensan que son
dueños del rebaño. Debemos ser ejemplo al rebaño y no dueños de
ellos. Jesús nos enseñó que debemos apacentar a sus ovejas, no capturarlas. Así
como recibimos aquellas que vienen a nosotros, así también debemos liberar
aquellas que se quieren ir. “Apacentad la
grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por
fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo
pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino
siendo ejemplos de la grey.” (1Pedro 5:2-3).
Nunca retuve ningún
discípulo, mas tampoco nunca perdí un grupo. Siempre que alguien decidió
irse, gracias a Dios fueron pocos hasta
hoy, lo he permitido y los he bendecido.
Cuando
se tiene una persona al lado en contra de su voluntad, si tienen la oportunidad
le enseñarán a otros a no estar de acuerdo con usted. Claro que ningún líder es
feliz si algunas de sus ovejas se van a otro rebaño, más así como usted aceptó
a otra oveja que vino de otro rebaño, así debe proceder con aquellas que
quieren salir.
Hoy
vemos líderes inmaduros que piensan que son dueños de la vida de las personas,
le quieren decir al discípulo con quien se debe casar, y con quien deben hacer
sus vidas. Ese es un terreno muy peligroso, pues si usted no tiene la certeza
que la dirección que usted está dando viene del Señor, si Dios no habló con
usted realmente, por más que usted diga que su posición es cierta, nunca diga
que fue Dios quien habló, cuando en verdad es una opinión suya.
Haga lo que el Apóstol Pablo
dijo cierta vez: Y a los demás yo digo, no el
Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente
en vivir con él, no la abandone. (1Corintios 7:12). Pablo separó lo que
él estaba diciendo de aquello que había dicho el Señor. Por supuesto que
entendemos que lo que Pablo dice viene del Señor. Lo que no podemos decir es
que el Señor habló, cuando en verdad es
nuestra opinión.
Algunos líderes se
sienten responsables por el rebaño. Y eso es bueno. Más eso no da el derecho a
ninguno de ellos a pensar que son dueños
de la vida de alguien.
Para tener éxito
necesitamos tener un buen Equipo. No un equipo coaccionado, debajo de opresión
por parte del líder, mas sí un Equipo que tenga alianza. Un Equipo de éxito no
nace del día para la noche. Se necesita
tiempo e inversión.
Nuestra conquista ha
sido cada vez mejor y eso se debe a que tenemos un Equipo de éxito. El éxito
que hemos experimentado viene de la dedicación que el Equipo ha demostrado. Hoy
soñamos con una multitud y ya vemos a esa multitud llegando. Realmente la
Visión funciona, es como dice nuestro mentor, Apóstol René Terra Nova: “La
Visión funciona para aquellos que trabajan en la Visión”.
Formar un Equipo de
12 no es una tarea fácil. Los verdaderos líderes no son hechos como abrir el
grifo del agua, no son instantáneos; demanda tiempo. Tengo absoluta convicción
en mi corazón que el trabajo de un líder, que tiene como objetivo ser un
conquistador sin límites, éste, debe capacitar a su Equipo.
Sus Discípulos siempre serán parecidos
a usted.
Formar un Equipo es
liderar a líderes. Es formar capacitadores
de opinión. Es reproducir su carácter en sus discípulos. El problema es
que si su carácter todavía no está en sintonía con los principios bíblicos de
la palabra de Dios, usted formará líderes igual a usted.
Los discípulos
reproducen lo que usted hace, y no lo que usted habla, por más que usted hable,
ellos harán aquello que vieren en usted. Muchos líderes quieren que sus
discípulos salgan a la conquista más ellos mismos no quieren ir. Ellos quieren
que los discípulos oren, ellos no oran.
Un gran error de
muchos líderes que quieren tener una conquista cada vez mayor, es que colocan su objetivo en la multitud. Y el
objetivo debe ser colocado en la formación de sus 12 discípulos, porque cuando
ellos están formados como líderes, también formarán la misma cosa. Y así
tendremos una multitud de discípulos.
Formar a los 12 es
una tarea que requiere trabajo, y es
necesario el relacionamiento, ellos necesitan conocer el carácter de su
Discipulador, porque ellos pueden no aprender mucho de lo que usted enseña,
pero pueden aprender todo sobre su modo de vida, en sus gestos. Una verdad, es
que su carácter es la mejor herramienta de conquista.
Debemos guiar el rebaño de Dios siendo
ejemplo para ellos.
Una de las frases
que más me impactó cuando comencé a asistir a las reuniones de Pastores de MIR
fue: “¡La iglesia no crece, quien crece es el líder!”. Desde entonces, comencé a investigar el tema, y es el pensamiento actual entre los
instructores de liderazgo, que si el líder no crece, no hay crecimiento en la
organización.
En una época difícil de la creación de
la Visión en el Brasil, algunos dirigentes, que son íconos de esta nación,
estaban criticando la Visión, yo oí de
un líder muy conocido decir que nuestra capacidad de liderazgo era de 300
miembros, y que eso tendríamos.
El renombrado líder, a pesar de haber
sido muy infeliz en muchas de sus declaraciones, estaba en lo cierto. Eso me
hace entender que necesitamos crecer interiormente para que la Iglesia crezca,
yo tengo que crecer como líder.
Cada persona tiene un nivel que alcanzar
de capacidad en su liderazgo. Hoy no caminamos más solos, mas compartimos
liderazgo con otros líderes que nos ayudan a gerenciar una multitud. Aunque
yo creciera mucho como líder, y pudiera ampliar mi capacidad de liderazgo,
nunca alcanzaría mi objetivo de tener una multitud. Sería imposible apacentar
una multitud incontable yo solo. Entendí que necesitamos formar líderes. Si en vez de formar una organización con 300
seguidores, usted forma 12 líderes que formen otros, usted conseguirá una
multitud. Es así de fácil.
Capitulo 2
Diferencia entre Ganar y Discipular.
En
el principio de nuestro ministerio pastoral, yo quería ganar muchas almas para
Cristo. Yo salía a evangelizar por el barrio, y comencé a ganar muchas vidas.
Yo presentaba el plan de salvación y después hacia el llamado. No importaba
donde estuviese, fuese en un autobús, en el trabajo, en la calle… yo percibí
que eso no era todo, a pesar de ganar a muchos. Lleguè a establecer ganar una
vida por día. Mas las vidas se perdían por falta de discipulado.
Si
usted gana una vida por día, usted ganará 365 por año. Mas si usted
discipula cuatro vidas en un año, forma
12 en tres años, y después en tres años
más para formar los otros 12 de la segunda generación (144), más tres años para
formar los 12 de la tercera generación (1728) etc. Usted ganará más que si
fuera una por día.
Nos damos cuenta de que ganando una vida
por día, teniendo cuidado que ninguno se pierda, podemos tener un crecimiento enormemente superior que con el
discipulado, convirtiéndose en un crecimiento explosivo. Mas, por experiencia
propia también podemos percibir que los discípulos que están en formación, ya
comienzan a ganar vidas.
Es
necesario tener paciencia para que el proceso funcione, no podemos abandonar
los objetivos por causas de las dificultades del comienzo. Este proceso lleva
tiempo en el inicio, pero trae grandes conquistas, y eso nos mantiene en el
objetivo de proseguir.
En
el Ministerio establecimos al principio un plazo de tres años para la formación
de un Equipo, porque fue así con Jesús, y también ha sido así con n0s0tr0s. No
quiero afirmar que usted pasará tres años con apenas 12 personas, y seis años
con 144. Los discípulos van a ser multiplicados, pero la formación de un líder
toma tiempo.
Algo
es cierto: no se preocupe por la multitud, ¡vendrá! ¡Preocúpese por su Equipo!
Ocúpese de sus 12.
Hoy
nuestra realidad es que estamos trabajando por consolidar las multitudes de
miles de miles que Dios ha confiado a nuestro Ministerio. Realizamos reuniones
con ellos en Equipo de 12, en las células, Encuentros de la Visión, Congresos,
Seminarios y otras actividades. Todo lo que hacemos es para aumentar nuestros
vínculos y hacer a los discípulos más fuertes,
preparados y asistidos por medio de las generaciones. Trabajamos sin
perder nuestro foco en la formación de los 12.
Usted
necesita enfocarse en la formación de los 12, y después en la formación de los
144, ayudando a sus 12 de la primera generación a formar la generación de
ellos, que es la generación de 144. De esta manera, es cuestión de tiempo para
que las multitudes vengan.
Vuelvo
a reiterar que usted no debe estar preocupado por conquistar una multitud, sino
en formar su Equipo. Un Equipo bien formado traerá una multitud de discípulos.
Necesitamos
establecer objetivos y proseguir a alcanzarlos. Aprendimos que el que no sabe
para donde va, no puede llegar a ninguna parte.
Nuestras
reuniones de 12 son altamente estratégicas, además de promover la comunión y
fortalecer el Equipo, nosotros establecemos objetivos, trazamos estrategias
para consolidar la conquista. Y realmente estamos viviendo un tiempo de
conquista, más no siempre fue así, recuerdo
haber ministrado un encuentro para 12 personas, y eso tras preparar una
estructura para más de 50 personas. Pero nunca dejamos de hacer un encuentro
por causa de poca asistencia. Nadie alcanza éxitos por renunciar a causa de las
dificultades.
Uno
de los momentos más decisivos con respecto al encuentro, fue cuando la iglesia
paró de organizar los encuentros, para que cada generación organizara el suyo.
Por lo que el 12 de la segunda generación se desarrolló mucho más.
Uno
de nuestros problemas como líderes, es que no queremos dar responsabilidades a
los discípulos, porque pensamos que no están preparados. Necesitam0s creer que
Dios los va a usar.
Hoy
hacemos encuentros prácticamente todas las semanas. Y estamos diseñando para que a partir del
2011, los encuentros pasen a ser ministrados por las segunda generación de 12,
lo que ya está empezando a acontecer. Hoy ya tenemos 12 de la segunda
generación ministrando los Encuentros de su generación.
Toda
conquista está íntimamente relacionada con el líder de su Equipo. El líder es
el espejo en el cual los discípulos se miran. Quien tiene un Equipo consolidado
solo necesita ministrar la unidad y diseñar los objetivos que deben ser alcanzados.
Necesitamos
soñar alto, y creer que nuestros sueños serán establecidos por el Señor. Las personas sólo seguirán verdaderos
líderes que hacen hervir la sangre a través de los sueños.
La formación
del Equipo de 12
Formar
un equipo de doce no es una tarea simple. Las personas tienen sus
particularidades, y sus
personalidades. Es necesario tener un
objetivo y buscar todos los medios para lograrlos. Hemos establecido objetivos
para cada generación. Mantener el enfoque en el objetivo es la única manera de
alcanzarlo.
Algunos
piensan que formar un equipo de excelencia es darles muchos estudios bíblicos.
Claro que el conocimiento es muy importante, mas si fuese así sería fácil.
Bastaría con tener sólo una buena escuela y listo. Mas no es así.
Formar
líderes es forjar en ellos el carácter de Cristo. Y sólo puede hacer eso quien tiene el
carácter de Cristo impreso en su vida. El carácter es más necesario que las
habilidades, más importante que el carisma natural, más importante que los
dones. Ese debe ser nuestro norte a la hora de escoger un Equipo, pues el
conocimiento se adquiere con los estudios; los dones los da el Espíritu Santo,
pero el carácter es una decisión del discípulo.
El carácter ajustado a la palabra de Dios es la herramienta que
multiplica
Es
necesario tener paciencia con los errores comunes que los discípulos presentan
al inicio de su formación. Muchos se frustran en la Visión porque no tienen la
paciencia para esperar el crecimiento del Equipo. Hay un proceso que requiere
inversión del Equipo y paciencia para entender el momento de cada uno.
Cuando
estudiamos el Equipo de Jesús, nos damos cuenta que el maestro tenía mucha paciencia,
imagine usted que el apóstol Pedro que fue uno
de los primeros discípulos del Señor durante su estadía aquí en la
tierra, después de enseñar tanto en el día que el Señor fue detenido, sacó su
espada y le cortó la oreja de Malco. Yo me pregunto ¿qué hacía Pedro con una
espada después de tanta enseñanza? Pedro que en un momento era exaltado por el
Maestro debido a una palabra, y en otro momento era reprendido por otra
palabra.
En Mateo 16, encontramos estos dos momentos en
un solo capítulo. Verso 17: Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de
Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los
cielos… Verso
23: Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!;
me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de
los hombres.
Necesitamos
conocer que los discípulos tienen niveles diferentes de crecimiento espiritual
entre ellos y de ellos para nosotros. Aquel que comenzó la obra todavía no ha
terminado.
Formar
líderes no es fácil, no es simple, más es lo que mejor podemos hacer para tener
multiplicación en nuestros Ministerios.
Capítulo 3
Mantener la unidad del Equipo.
La
tarea principal de un líder es tener un Equipo y mantener la unidad de ese
Equipo. Y no dejar que la unidad de éste se pierda durante la conquista, porque
si eso acontece, el rendimiento se ve comprometido.
Cuando
meditamos sobre la unidad de la Iglesia, tenemos en mente toda la multitud. Mas
al analizar detenidamente la estrategia de Jesús, percibimos que Él dirigió esa
palabra específica sobre un grupo (Juan 17:11). Ella no fue dirigida a una
multitud, mas sí a un grupo de 12 hombres, los 12 discípulos de Jesús. Esa fue
la última oración sacerdotal de Jesús registrada en el evangelio de Juan. Con
certeza esa fue una oración de mucha relevancia para nuestro conocimiento,
acerca de la formación de un Equipo de
12.
Imagine
si usted tuviese que pasar por todo lo que Jesús pasó y que iría para el cielo
junto con su Padre, y este sería su último momento visible en carne y hueso con
su Equipo. ¿Qué pediría en oración? ¿Cuál sería su intercesión? Ciertamente tendría numerosos pedidos.
Pensaría en dotar a los 12 de una capacidad sobrenatural, mas eso Jesús sabía
que lo tendrían, cuando recibieran el poder del Espíritu Santo.
Jesús
intercedió por un área de difícil conquista, Él sabía que si en esta
área los discípulos estaban totalmente de acuerdo, nada sería imposible para
ellos. Jesús pidió por la unidad de los 12. Él no estaba direccionando esa
oración a una multitud, mas sí a su Equipo de 12. Él oró con dedicación. Jesús
no pidió prosperidad, Él pidió la protección de la unidad de los 12.
Estoy
convencido que una verdadera conquista viene por la unidad del Equipo. (Y
ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre Santo,
a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como
nosotros. Juan 17:11).
La
oración de Jesús era para que sus discípulos fuesen uno. Jesús sabía que para
que ellos fueran verdaderos conquistadores, necesitaba haber entre ellos
unidad, ellos necesitaba ser uno.
Ser
uno con el Equipo no es tan simple, es necesario entender que ese es un
comando, un mandamiento del Señor Jesús. Eso no es optativo, pues si usted no
consigue amar a su hermano al que usted ve, ¿cómo amará a Dios a quien no ve? Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es
mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a
Dios a quien no ha visto? (1Juan 4:20).
Amar a su hermano
depende de una decisión suya. Queremos que nuestros discípulos sean unidos,
pero nosotros no hacemos nada para estar unidos con nuestros hermanos del
Equipo. Si 12 son tan unidos hasta el punto de ser comparados con UNO, ellos
serán reconocidos como discípulos de Jesús.
Si la unidad
no fuese una situación que necesitara de oración, Jesús no tendría que haber
suplicado al Padre para que sus discípulos fuesen unidos.
La unidad de
los 12 trae una conquista sobrenatural, porque Dios manda la bendición cuando
hay unidad. “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es
Habitar los hermanos juntos en armonía! Es como el buen óleo sobre la
cabeza,
El cual desciende sobre la barba, La barba de Aarón, Y baja
hasta el borde de sus vestiduras; Como el rocío de Hermón, Que
desciende sobre los montes de Sion; Porque allí envía Jehová bendición,
Y vida eterna”.(Salmos 133).
El arma que Satanás usa para retener la bendición e impedir la
conquista, es causar división entre los 12. Los 12 son un gobierno. Cuando los doce
oran por alguna cosa, el poder es liberado.
Cuando los 12 son desunidos, ellos debilitan la conquista. El poder de
Dios no puede ser liberado. Por eso Jesús oró al Padre para que guardasen la unidad y que fueran uno. En realidad,
Jesús oró para que la desunión, la intriga o la contienda no viniera en el
medio de los 12.
Es muy común
encontrarnos discípulos que no consiguen interactuar con el resto del Equipo,
normalmente ellos tienen muchos argumentos para justificar su posición, pero
nada se sostiene ante la verdad bíblica, que nosotros sólo seremos reconocidos
como discípulos de Jesús si nos amamos unos a otros.
Jesús sabía
que si ellos, los 12 Apóstoles, fuesen UNO, no habría impedimento para que
conquistasen todo lo que planearan. “Sabiendo Jesús los pensamientos
de ellos, les dijo: Todo reino
dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí
misma, no permanecerá”. (Mateo
12:25).
Subsistir significa mantenerse,
y cuando una división entra en medio de los discípulos, cuando cada uno quiere
hacer carrera “Solo”, cada uno su reino particular, la conquista es
comprometida. Una división impide la consolidación de una conquista y trae
pérdida.
Cuando vemos una gran conquista,
por detrás siempre hay un gran líder y un gran Equipo. Todos hemos visto
grandes conquistas ministeriales, y que con el
paso del tiempo se evapora porque el equipo se desunió. Grandes Ministerios ya
se rompieron porque la unidad fue perdida. Si el Equipo pierde la alegría de
estar juntos, cada uno se preocupa por su conquista particular, y por eso se
desenfoca.
El trabajo de
un líder más allá de entrenar el Equipo, es mantener la unidad e interactuar en
unidad. Cuando el Equipo de 12 es unido en torno de un ideal, en un solo
objetivo, no existe impedimento para que la unción sea liberada.
No hemos de
pensar que porque ya tenemos un Equipo de 12 discípulos establecido, nuestro
trabajo ya terminó, que ahora podemos descansar
y aprovechar la vida. Necesitamos entender que la ruptura de la unidad
trae devastación del Reino. Jesús dice que la desunión traería una
devastación. La desunión es como un
tsunami en el Reino de Dios.
Mantener la
unidad no es una cosa simple, es renunciar a los derechos y saber perdonar.
Cuando permitimos que Satanás siembre desunión en nuestro corazón, estamos
cometiendo el pecado, pues nuestro Señor luchó por la unidad del Equipo.
Una vez la
madre de dos discípulos de Jesús, los hijos de Zebedeo, llegó ante Jesús y le
pidió que sus hijos se sentasen al lado
de Él, uno a la derecha y el otro a la izquierda. Los otros diez se indignaron
y disgustaron porque cada uno de ellos tenía el mismo derecho.
“Él
les dijo: A la verdad, de mi vaso
beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; pero
el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos
para quienes está preparado por mi Padre.
Cuando los diez oyeron esto, se enojaron contra los dos hermanos. Entonces
Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis
que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son
grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que
el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre
vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido,
sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. (Mateo 20:23-28).
Quien quiera ser grande, sea
siervo de todos, así como Jesús vino para servir, nosotros también debemos
servir a nuestros hermanos. Esa fue una enseñanza para los 12. Nadie debe
querer ser mayor que su hermano. Incluso si recibe una responsabilidad mayor,
debe servir más. Pues así como Jesús tuvo toda autoridad dada por el Padre, el
sirvió a sus discípulos, y Él enseño que deberíamos hacer así los unos con los
otros.
Jesús dio prioridad por mantener
la unidad entre sus discípulos. Él llevaba sus 12 para lugares donde podían
quedar solos, y allí ministraba al corazón de ellos. Debemos hacer igual,
necesitamos de tiempo a solas con nuestros discípulos.
El líder no puede dejar que el
activismo involucre a todo el Equipo y
que no tengan tiempo para estar juntos. El trabajo del líder es mantener la
unidad del Equipo. No dejando que espíritus malignos venga trayendo desunión,
pues eso debilita la conquista.
Es muy común tener entere los
miembros del Equipo xzcx un
sentimiento como los hijos de Zebedeo. Ellos quieren saber quién tiene más
influencia como líder. A quién el líder oye más. ¿Quién no quiere una posición
de honra? ¿Quién no quiere ser honrado por el Maestro? ¿Quién no quiere
sentarse al lado de Él?
No es errado querer crecer, no
es errado querer más influencia. Jesús no condenó, sino les enseñó el camino
para el crecimiento, el camino de la honra.
Servir
“Quien quiere ser grande, sea el
siervo de sus hermanos”
Ser servidor trae crecimiento de
honra. Si queremos tener una gran pesca, debemos entender que una gran pesca
exige la cooperación de todos. Cuando Jesús enseñó sobre una gran pesca, Él
dijo el lugar donde deberían arrojar las redes
y vino llena de peces, más ellos tenían que ayudarse unos a otros a
tirar las redes y a separar los peces.
Debemos cooperar unos con otros
para que nuestra pesca sea sobrenatural. El diablo nos tienta a pecar en todas
las áreas, así como intentó con Jesús. Él
aprovecho que tenía hambre e intentó decir que si Dios estaba con él, entonces podría transformar las piedras
en pan, así saciaría su hambre.
Satanás quería poner a Jesús
contra el Padre, el intentó ir contra la unidad entre el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo. Lo imagino siempre
queriendo lanzar discordia entre
nosotros, quebrando la unidad, pues la unidad trae la gran conquista. Cuando
los 12 están unidos, una unción de lo Alto es liberada, pues el Espíritu Santo
actúa con libertad.
Muchos Equipos de 12 están
impidiendo al Espíritu Santo actuar, pues mantienen rencor en su corazón,
estando contaminados por el diablo. No son capaces de perdonar y de vivir en
unidad. Sus corazones están llenos de razones contra sus hermanos. Una raíz de
amargura entró.
Es necesario liberar el corazón
perdonando al hermano, y pedir perdón a Dios, porque cuando dejamos que la
amargura entre en nuestros corazones, nos estamos contaminando y hacemos llorar el corazón del Padre.
Todos aquellos que son padres y
tienen más de un hijo nos ponemos tristes cuando nuestros hijos están
desunidos, cuando ellos no se aman como deberían. La alegría de un padre es ver
a sus hijos alegres y unidos.
El amor cubre todas las faltas.
Imagine si pudiésemos vivir en el Reino y tuviésemos cuestiones pendientes
entre nosotros. Satanás sabe dónde atacar, y siempre ataca al Equipo causando
desunión.
¿Usted ya percibió que no es
difícil amar a sus discípulos? Ellos son como los hijos, así como nos dan
problemas, así mismo los amamos. Tampoco
es difícil amar al Discipulador, él es como el padre. Perdonar a un
discípulo o perdonar al Discipulador no es tan difícil, mas resolver las cosas
pendientes con los hermanos del discipulado y los otros hermanos del Equipo, no
es tan simple.
Es muy común ver a los líderes que predican la unidad, más
ellos mismos no son unidos entre sí. Predican que sus discípulos necesitan ser
unidos, más ellos dan ejemplo diferente. Cuando somos desunidos, dejamos que
una flecha del infierno nos llegue. Pasamos
a ser instrumento del maligno e impedir la unción de Dios.
Jesús dijo que los 12 serían
reconocidos como discípulos de Él si se amasen. “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los
unos con los otros”. (Juan 13:35).
Muchos son los problemas que pueden
causar la desunión en el Equipo, más no podemos permitir que ninguna raíz de
amargura brote en el corazón de nuestros discípulos, y que ellos se alejen los
unos de los otros.
En el inicio de la Visión, en
nuestro Ministerio, nuestras reuniones del Equipo de 12 eran muy desalentadoras, eran
reuniones que realizaba porque sabía que tenía que reunirme semanalmente con
ellos. Yo era un líder que ponía metas y exigía al Equipo los resultados, yo no
era un líder motivador. No obtenía los resultados que soñaba y si lo conseguía era bajo mucha presión y frustración.
Algunas reuniones de 12 son desgastantes y
frustrantes, en lugar de motivar a los
discípulos, de estimularlos a la conquista, éstas eran reuniones de
presentación de informes, de cobros, no traían resultados prácticos, no añadían
nada.
Las reuniones de 12 deber ser
relajantes, alegres, ungidas. Ellas deben promover la unidad y la conquista,
deben estimular a los 12 a obrar recíprocamente en la unidad, cooperando unos
con otros.
Las reuniones deben promover la
unidad del Equipo, estimular para una nueva conquista, alertar los peligros que
rodean al líder, ministrar una palabra de conquista, de unción. Porque muchos
discipuladores sólo cobran, sólo exigen. Y su fin es un resultado desastroso.
Cuando un discípulo es amado, valorizado, estimulado, produce más, corresponde mejor. Para acusar
ya existe el enemigo, para liberar palabras de opresión ya existe el mundo. El
líder debe traer el bálsamo para sus discípulos. Jesús hacía así, Él estimulaba
a sus discípulos.
Debemos promover el amor entre
los discípulos, debemos luchar contra la desunión y la falta de perdón y en
consecuencia, la falta de amor.
El amor trae reconocimiento que somos discípulos de Jesús. ¿Quiere ver su
Equipo crecer? Cuando no hay contiendas entre los 12, cuando los 12 están en
armonía, el amor entre ellos es evidente. La
unción es sobrenatural.
Si no conseguimos amar a
nuestros compañeros de Equipo, cómo podremos amar a nuestros enemigos, ¿Cómo
podremos ser comparados con el Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo? La oración de
Jesús fue para que ellos fuesen UNO, como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo
son UNO.
Necesitamos entender que no
podemos dejarle brechas a Satanás para que entre en nuestro Equipo. Usted no
puede ser un canal para el enemigo. Usted tiene que ser un canal para el
Espíritu Santo promoviendo la unidad en el Equipo.
Me gustaría despertarlo ahora a
pensar ¿de quién usted ha sido canal? La manera que usted se comporta con respecto a sus compañeros de Equipo,
así es como su Equipo se comportará, pues es lo que usted ha sembrado. ¿Cómo
quiere que su equipo se comporte?
Una vez Ester, mi esposa, estaba
orando por su Equipo. En la oración ella pidió a Dios que diese a sus
discípulas la alegría de tener un Equipo como el suyo, que manifestaran el
mismo respeto que sus 12 profesaban
hacia ella como discipuladora, como líder. En fin, que recogiesen lo que
estaban sembrando.
La oración era en forma de
agradecimiento, pues su Equipo se comportaba muy bien. Eso hizo reflexionar el
corazón de algunas de sus discípulas,
que después de recapacitar, vinieron y pidieron perdón por faltas que no
fueron tomadas en cuenta, pero aún así, no querían tener discípulas iguales a
ellas.
Usted tendrá discípulos iguales
a usted, es la ley de la siembra. Muchos quieren discípulos fieles, dedicados,
puntuales, no obstante ellos mismos no quieren sembrar eso. Algunos 12 están
hablando mal de sus compañeros de Equipo, permitiendo así que Satanás encuentre
brechas por causa del malestar entre ellos, y la unción permanece comprometida.
El pecado entró en el corazón y
permaneció allí, se saludan unos a otros, parece que todo está bien, pero en el
fondo existen diferencias. Usted está siendo instrumento del maligno para
impedir la acción del Espíritu Santo. El Espíritu Santo no actúa en quien esté
en desobediencia a la palabra.
Hasta nuestras ofrendas deben
ser guardadas en el Altar hasta que resolvamos nuestras diferencias, “Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo
contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero
con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.”. (Matero 5:23-24).
Observe que Jesús resalto
“Hermano” y no padre, madre o hijo, Jesús dice: “si usted tiene alguna cosa
contra su hermano” Esto es porque nuestras disputas son generalmente con
nuestros hermanos.
Dios no quiere que sus ofrendas
queden sin respuestas, pues para Dios la unidad es más importante que la
prosperidad. Porque la unidad trae bendición para siempre. La unida trae
conquista. Cuando los 12 son UNO, todos prosperan.
Los 12 son un Equipo, son como
un tiempo, si alguno falta, el tiempo sufre. Si alguno intenta seguir sólo,
todo el Equipo pierde. Un Equipo de 12 es como un batallón en una guerra. Es
necesario que estén unidos para que la conquista sea establecida.
La estrategia del Mover Celular
Fruto Fiel es fantástica, ella muestra la conquista, estimula al líder a
crecer. Mas no podemos permitir que se formen
12 Iglesias dentro de una sola. No podemos dejar que sean como 12
fracciones. Somos un Equipo, la belleza de la conquista está en la unidad.
Cuando dejamos que la amargura,
la ira, el enojo entre en nuestro corazón, dividimos el Equipo y entristecemos
al Espíritu Santo. Pues cuando existe contienda entre dos del Equipo de 12, los
otros toman partido y cada uno escoge el lado en que quiere estar, eso afecta al Equipo y la unidad es perdida. Y
entonces entristecemos al Espíritu Santo.
“Quítense
de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros,
como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.” (Efesios 4:
30-31).
Cuando la unidad es rota, es
necesario ir hasta el hermano o la
hermana, y arreglarlo. Necesitamos traer la unidad de vuelta, y así hay
liberación de unción y liberación del Espíritu Sant0. Usted es responsable por
la liberación de unción o por el bloqueo de ésta. Un reino dividido no se
sostiene. Somos llamados a ser un Equipo en unidad, 12 igual a uno.
La Biblia dice que
debemos soportar a los más débiles.
“Con toda humildad y
mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,” (Efesios
4:2).
Soportar es dar soporte, ayudar,
tener paciencia con el hermano que es más débil. Cuando queremos ser unidos
como Jesús enseñó, nosotros tenemos que controlar nuestra carne, saber soportar
y perdonar con amor a nuestro hermano. Nadie es más próximo que nuestro hermano
de Equipo. Debemos ser socios de una conquista, y no líderes aislados de otros,
no debemos ser partidistas y provocadores.
Cuando detectamos en el Equipo a
alguien que no cuadra con la unidad, necesitamos tratar con ese discípulo y
enseñarlo a integrarse. Y si no hay respuesta satisfactoria debemos
confrontarlo, y si es necesario migrarlo para la generación de uno de sus
discípulos, pues generalmente cuando no consigue integrarse con otros tampoco
consigue conquistar, y la unidad del Equipo debe ser preservada. La
preocupación de Jesús fue la unidad de sus 12, para no comprometer la
conquista.
En nuestro Ministerio ya
migramos discípulos que no desataban, a pesar de haber invertido en ellos igualmente que en los otros. Ellos continúan
debajo de nuestra cobertura, pero en el Equipo de un 12 de la 1era generación,
y algunos conquistaron más de esa manera.
Yo pienso que si Jesús estuviese
entre nosotros el día de hoy, su mensaje
todavía sería el mismo, pues necesitamos entender que el verdadero amor
cubre todas las transgresiones. Entonces debemos perdonar a nuestros hermanos
que todavía no tienen el entendimiento abierto para esta unidad.
Es muy fácil perdonar a aquellos
que no conocemos bien, aquellos que no conviven con nosotros. Por ese motivo,
Jesús se preocupó por la unidad de los
hermanos que están cerca, porque el comportamiento humano no cambió y es el
mismo hasta hoy. Cuando estamos cerca unos de los otros pasamos a conocer las
virtudes y defectos de cada uno, por eso hallamos dificultades en perdonar a
los hermanos del Equipo. A menudo nos sentimos desanimados en tratar con algún
hermano de gobierno por causa de su manera de actuar, su personalidad. Nosotros
pensamos que no vale la pena intentar porque él no va a cambiar. Eso es un
engaño, pues Jesús nos enseñó a perdonar a nuestros hermanos. El perdón no
tiene límites, es setenta veces siete.
El siete es el número de la
perfección, entonces es la perfección setenta veces. No es solamente 490, a
pesar de encontrar que 490 es un número bastante grande. Perdonar es ilimitado.
La unidad debe ser mantenida.
Capítulo
4
Los 12 son cobertura
unos de los otros.
Cuando estamos formando un
Equipo de 12, necesitamos enseñarles que cada uno debe ser cobertura uno de los
otros. Cuando estamos en una batalla necesitamos tener cobertura, sino, moriremos
en la batalla.
Es necesario que nuestra unidad
este perfecta para que el enemigo no nos alcance. Nadie debe ir para la guerra
con personas que no luchan unas por las otras.
En una batalla, cuando los
soldados están en las trincheras y el enemigo está apuntando en contra, es
necesario que alguien dé debida protección, para que el otro pueda buscar
mejores posiciones y luego golpear al enemigo.
Cuando un soldado recarga el
arma, el otro dispara insistentemente contra el enemigo para que no tenga tiempo de llegar a su compañero.
Ahora imagine que éste no le dé la debida cobertura, ambos se verían afectados.
Los 12 deben dar cobertura unos
a los otros, para que el enemigo no les alcance. Cuando vamos a entrar en el
territorio del enemigo, cuando vamos a
ministrar en un lugar que sabemos que es un terreno minado, lugar en el que
Satanás tiene dominio, nosotros necesitamos cobertura en oración de nuestros
hermanos de Equipo. Son los 12 que dan protección unos a otros.
Un general no va a la trinchera,
más los soldados van y se ayudan. Cuando un soldado es herido, los otros lo
protegen y lo toman del frente de la batalla para que pueda ser tratado. En la
Visión Celular de la Iglesia en células en el Modelo de los 12, quien hace esto son los hermanos del Equipo
de 12.
Los 12 deben protegerse
unos a otros.
Cuando Jesús envió a sus
discípulos para el campo, Él los envió en grupos y nunca deberían ir solos,
sino de dos en dos. “Después de estas cosas, designó el Señor también a otros
SETENTA, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar
adonde él había de ir”. (Lucas 10:1).
Ellos deberían ir de
dos en dos, porque es necesario que alguien dé cobertura, nadie debe ir solo,
ninguno debe hacer “carrera solo.” Tenemos que batallar en Equipo. Cuando los
discípulos fueron, Jesús quedó y trajo protección en una esfera mayor, Él
protegió los discípulos de las potestades de los aires. “Y
les dijo: Yo veía a Satanás caer
del cielo como un rayo.” (Lucas 10:18).
Jesús bloqueó a Satanás cuando
vio al Equipo haciendo la obra de Dios. Mas en el campo ellos necesitaban unos
de los otros. Ellos no podían estar divididos. Cuando el Equipo está unido, la
conquista es mayor. “Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su
trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del
solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos
durmieren juntos, se calentarán mutuamente; más ¿cómo se calentará uno
solo? Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de
tres dobleces no se rompe pronto. ” (Eclesiastés 4:9-12).
El pago (conquista), es mayor
cuando trabajamos en Equipo. El enemigo no puede resistir, si uno se cae, el
otro lo levanta, si tiene frío, los otros le calientan, si alguien nos
enfrenta, venceremos porque estamos unidos. Nadie detendrá nuestra unidad,
nadie podrá hacer resistencia a nuestra conquista. Trabajamos en Equipo. Cuando
usted no trabaja en Equipo, usted está contrario a la voluntad de Dios.
Hay
discípulos que cuando salen de nuestro equipo se convierten en una bendición,
porque su corazón no estaba con nosotros, ellos traían conflictos entre los
hermanos del Equipo, pero a veces tenemos que lidiar con algunos discípulos que
son buenos, pero que han sido contaminados por una palabra.
Cuando usted
tiene un discípulo que no se desata de ninguna manera, y usted caminó con él
todas las millas que pudo, y Jesús dice que deberían ser dos millas, y aún así
no cuadra en el Equipo, es porque existen argumentos en su corazón.
Cuando usted
tiene un discípulo que no sale del desierto, vive en una lucha constante, sale
de una pelea y entra en otra, pero usted sabe que ese discípulo no vive en
pecado declarado, e incluso es un discípulo de oración, converse francamente
con él, porque alguna cosa en su corazón impide la unidad.
La desunión
destruye el Reino de Dios. Jesús dice que un reino dividido es devastado,
arrasado, destruido, destrozado. Dios nos colocó en un Equipo para que tuviésemos amigos que nos protegieran de los
enemigos. Amigos que irán a protegernos cuando estuviésemos en batalla.
Existen
amigos de Ministerio, colegas de Equipo, socios de conquista, que protegen
nuestras cosas, que no aceptan acusaciones en contra nuestra. “Contra un anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos.” (1Timoteo
5:19).
David
conquistó porque tenía un Equipo de éxito, el tenia un Equipo que se protegía.
“Y David dijo con vehemencia:
¡Quién me diera a beber del agua del pozo de Belén que está junto a la
puerta! Entonces los tres valientes irrumpieron por el campamento de los
filisteos, y sacaron agua del pozo de Belén que estaba junto a la puerta; y
tomaron, y la trajeron a David; mas él no la quiso beber, sino que la derramó
para JEHOVÁ.” (2Samuel 23:15-16).
Los tres hombres
valientes de David irrumpieron en el
campamento del enemigo con éxito, porque se protegían, ellos se guardaban las espaldas unos a otros. No podemos actuar
de manera diferente, nos debemos proteger. Lo que más entristece a un padre es
la desunión de sus hijos. Y Dios es nuestro Padre, Él tiene placer en bendecir
nuestra unidad. La conquista no tiene sabor y no tiene la misma dimensión
cuando existe la desunión.
Debemos
alegrarnos con las conquistas de nuestros hermanos, pues es también nuestra
conquista, porque somos un Equipo. No somos divididos. Somos un Equipo.
El lema de
los soldados es no dejar ningún compañero atrás, incluso si está herido el
compañero debe cargarse. Cuando un amigo del Equipo es herido, si éste se cae,
es común ver que los otros lo critiquen, juzguen y hasta lo desprecien. Mas la
biblia dice; “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.” (1Corintios 10:12).
Debemos ayudar a nuestros amigos de Equipo, debemos
dar cobertura espiritual a ellos y nunca abandonarlos a su propia suerte.
Cuando David
estaba persiguiendo el ejército de los amalecitas, ellos encontraron a un
soldado que estaba abandonado porque estaba enfermo. “Y hallaron en el campo a un hombre egipcio, el cual trajeron a
David, y le dieron pan, y comió, y le dieron a beber agua. Le dieron
también un pedazo de masa de higos secos y dos racimos de pasas. Y luego que
comió, volvió en él su espíritu; porque no había comido pan ni bebido agua en
tres días y tres noches. Y le dijo David: ¿De quién eres tú, y de dónde
eres? Y respondió el joven egipcio: Yo soy siervo de un amalecita, y me dejó mi
amo hoy hace tres días, porque estaba yo enfermo.” (1Samuel 30:11-13).
Nosotros no somos
como los amalecitas, que abandonan a aquellos que están enfermos. David cuidó
de aquel hombre egipcio que era esclavo de uno de los amalecitas. Con certeza,
el hombre había servido a su señor por muchos años, mas ahora por estar herido,
fue dejado atrás. David alimentó al egipcio y cuidó de él, entonces éste pasó a
integrar el ejército de David, y lo guió
hasta donde estaban los enemigos; después de haber sido cuidado fue de
gran ayuda.
David no lo obligó,
tan sólo preguntó si podía guiarlos. Él consintió, más pidió que no le
entregase en manos de su antiguo dueño.
Eso porque a nadie le gusta ser abandonado y despreciado.
Sus discípulos se
van a tratar de la misma manera que usted trata a sus amigos de Equipo. Usted
tiene un Equipo, mas usted también es parte de un Equipo. Aquello que usted
siembra, usted cosechará.
No podemos entrar en
el territorio del valiente y saquear su casa, sin antes amarrar al valiente. “Ninguno
puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si antes no
le ata, y entonces podrá saquear su casa.” (Marcos 3:27).
Cuando vamos a entrar en el
territorio del enemigo, necesitamos
oración de cobertura, y quien hace esta oración son los compañeros de
equipo, ellos atarán con nosotros al
hombre fuerte.
Capítulo
5
Un Equipo Modelo.
Fuimos llamados para ser un
Equipo Modelo, nuestros discípulos se reflejan en nosotros. De la manera como
actuamos, así ellos actuarán. Si nosotros somos unidos ellos serán unidos; si
nosotros somos divididos, ellos serán divididos.
“Y será el pueblo como el
sacerdote; le castigaré por su conducta, y le pagaré conforme a sus obras.”
(Oseas
4:9).
Jesús se preocupó
por formar un Equipo Modelo, Él quería que sus discípulos fuesen como el Padre,
el Hijo y el Espíritu Santo, un Equipo unido.
La verdadera
conquista sólo acontece cuando somos unidos. No podemos hacer una reunión de
Fruto Fiel cada uno en particular en su conquista, eso no le agrada a Dios. Si
no conseguimos ser unidos entre nosotros, que somos amigos, que somos hermanos,
imagine si podremos amar a alguien de afuera.
La Visión Celular no
tiene divisiones, somos una sola iglesia. Debemos ayudarnos unos a otros. Cuando
usted encuentra un discípulo de otra generación, o incluso que pertenezca a
otro ministerio, debe cuidar de él si es necesario. Porque somos muchos
batallones, pero somos del mismo ejército. Nuestro Comandante es uno solo.
El ejército tiene
batallones y compañías, mas el ejército es el mismo. Así somos nosotros. Somos
varios Equipos de varios Ministerios, mas un solo ejército. Debemos ayudar a
consolidar los discípulos, no importando de cual generación o ministerio sean.
Ese cuidado no nos da el derecho de convidarlo a ser parte de nuestro Equipo,
pues sería antiético. Es como un acto de traición a nuestro compañero de
Equipo. Y no debemos permitir que nuestros discípulos hagan lo mismo, pues
estaríamos sembrando contiendas.
Usted debe curar las
heridas, y promover el regreso del discípulo a su rebaño, de su generación.
Recordando siempre que somos un solo Equipo, y que estar en la generación de
otro es la misma cosa. Pues existen
discípulos que confunden nuestra ayuda con una invitación.
Es falta de ética y
así mismo una falta de respeto, convidar discípulos de otros equipos como parte
de nuestro equipo, ya que estos son parte de nuestros hermanos de gobierno,
como así mismo, hermanos de otros ministerios para que estén con nosotros.
Eso puede generar divisiones en el
equipo del cual usted es parte. Muchas veces los discípulos están siendo
tratados por el líder, pero no quieren aceptar el tratamiento. Entonces optan
por buscar otro líder que les pase la mano por la cabeza, y no corregir su postura.
Algunos discípulos
cuando quieren salir de la cobertura no
tienen la valentía de decirle a su Discipulador, vienen y dicen que fueron
convidados para ser parte de otro equipo. La disculpa pudiera ser que su esposa
o esposo pertenece a otro equipo, y por eso están siendo presionados a cambiar
de Discipulador.
También puede suceder que un líder presione.
Eso es completamente errado. No debemos presionar a ninguno, cuando un
discípulo de otro nos busca pidiendo ir para nuestra generación, debemos
decirle que somos un solo equipo, y buscar a nuestro compañero de equipo y
relatarle lo que está sucediendo, pues toda historia tiene tres lados. El lado
del que cuenta primero; el otro lado de aquel que cuenta después, y la conclusión
de aquel que está oyendo.
Nuestra postura debe
ser que nuestro Equipo no puede ser divido nunca. Nuestra conquista depende de
nuestra unidad. Debemos ser un Dream-Time un Equipo Soñado. Nuestras
diferencias no deben impedir nuestra unidad. Debemos soportar las dificultades
unos de los otros. Cuando dejamos que nuestras diferencias estorben la unidad,
le estamos dejando brechas al enemigo y entristecemos el corazón del Espíritu
Santo.
En el libro de
salmos, en el capítulo 133, el Señor nos muestra que la unidad trae una
bendición para siempre, es una unción que desciende de una manera rebosante.
Vivir en unidad
significa perdonar, significa aceptar nuestras diferencias. No podemos escoger ser amigos de aquellos que
más se parecen a nosotros, eso no es unidad, eso es acepción de personas.
Muchos discípulos prefieren andar con aquellos que son más parecidos a ellos. Y
eso no es unidad. Sea sembrador de amistad y compañerismo.
La alegría de un
padre es ver a sus hijos unidos, y la
alegría de un líder es ver sus
discípulos en unidad y en conquista. Tampoco debemos permanecer con diferencias
con un amigo del Equipo. Si un discípulo nuestro resolvió ir para otro equipo
de uno de nuestros hermanos, sea para acompañar a la esposa o al esposo, sea
porque no quiso caminar más con nosotros, no podemos crear contiendas. Lo
importante es que nada nos lleve lejos el uno del otro.
Para mantener el
Equipo unido debemos compartir unos con otros, debemos estar atentos a las
necesidades de nuestros amigos de Equipo. Si es preciso debemos pedir cobertura
de oración, debemos orar unos por los otros. “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para
que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.” (Santiago
5:16).
La oración de un
compañero de Equipo tiene un peso muy grande, pues Dios ama la unidad, y si
tenemos culpas debemos confesarlas unos a otros.
Imagine un Equipo
unido, orando unos por los otros, compartiendo y no dejando ninguna raíz de
amargura brotar en el corazón y contaminar el Equipo. Esta es la voluntad de
Dios: LA UNIDAD.
Hoy podemos ver que
la Iglesia de Cristo se encuentra mucho más unida. Los líderes están siendo más
tolerantes unos con otros. Hay más cordialidad entre los pastores. En el pasado
eran muy distantes, las iglesias competían entre sí. Los líderes impedían la comunión de sus
discípulos con los de otras denominaciones. Muchas veces hasta de la misma
denominación.
Hoy podemos ver una
gran comunión entre las iglesias y también entre los líderes, salvo algunas
excepciones, mas Dios está realizando un mover de unidad nunca antes visto en
nuestra nación. Hoy la iglesia conquista mucho más. La unidad trae la
conquista.
Capítulo 6
Las heridas
que impiden el relacionamiento (convivencia).
Toda herida causa
dolor. El dolor es una defensa del organismo. El dolor impide que nos
autodestruyamos, ella muestra dónde algo está errado, dónde existe una
enfermedad.
Existen dolores que
causan más sufrimiento que otros. Existen dolores que causan que nos paralicemos.
Mas, de todas las formas de dolores, el dolor físico no siempre es lo peor que
nos puede acontecer, existen muchos dolores que no se manifiestan físicamente,
son dolores de la mente, dolores del alma.
Los dolores del alma
ponen límites a las personas, y tratándose del Equipo de 12, el dolor en el
alma impide que muchos discípulos se integren a un Equipo, porque fueron
heridos en el pasado por un hermano, por alguien que debería ser un amigo.
Existen algunos
discípulos que no se entregan al discipulado, que no tienen comunión con sus
hermanos de Equipo porque las heridas del pasado, aunque hayan sido olvidadas,
causan un bloqueo en sus emociones. Ellos no consiguen relacionarse con el
líder, porque fueron heridos por su padre o por su madre y no consiguen
relacionarse con sus hermanos, porque el alma realiza una transferencia de
sentimientos de rechazo, dolor y tristeza.
Muchas veces el
discípulo ni siquiera sabe porqué tiene esa dificultad de relacionarse.
Es necesario orar al Espíritu Santo para que Él revele lo que está escondido,
ya que eso hace que el discípulo se estanque.
Las personas que fueron heridas no consiguen confiar en
nadie; siempre piensan que otros no están siendo sinceros en sus sentimientos;
piensan que es un fraude y que el otro está tratando de tomar ventaja de alguna
forma. Es una carga que llevan y que les impide ser felices.
Quien nos hiere es, generalmente, a quien amamos. Pues
quien no es íntimo no tiene interferencia en nuestro corazón, por tanto no nos
pueden herir. Mas aquellos que amamos son los que nos pueden herir, y es a
ellos a quienes Satanás usa para herir
nuestro corazón, para herir nuestra alma.
El diablo sabe que un alma herida está herida y
encerrada. Existen muchos discípulos que están
bloqueados en el tiempo; fueron heridos y no supieron lidiar muy bien
con eso y, por esa causa, quedaron presos en el tiempo.
Una conquista está comprometida cuando estamos presos en
una situación. Muchos ni saben que están presos, mas saben que algo está
errado.
En toda historia bíblica nos encontramos ejemplos de
personas que fueron heridas por aquellos que debían ser sus protectores.
Abel
El primer homicidio
que ocurrió en la tierra fue cometido por un hermano mayor. Y todos sabemos que
un hermano mayor debe cuidar al menor. Mas la envidia entró en el corazón de
Caín, cuando vio al hermano menor, Abel, ser bendecido. Fue un sentimiento
terrible, tan avasallador, que Caín resolvió matarlo.
Caín estaba sufriendo porque no podía soportar ver al
hermano que vino después de él ser bendecido y hallar gracia delante de Dios.
El no se preocupó por saber lo que Abel había hecho, diferente a él, para que
Dios le prestase atención a su ofrenda. Caín dejó que la envidia tomase su
corazón. Lo correcto hubiera sido
preguntar al hermano qué era lo que había hecho para así también hacer lo mismo.
Un envidioso sufre mucho, no consigue alegrarse con sus
conquistas, pues vive en función de los
otros. Ellos viven midiendo su conquistas con la de los otros.
Caín debía ser el protector de su hermano Abel. Por eso
cuando Dios le preguntó acerca de Abel, él le respondió: “¿soy yo el guardador
de mi hermano?” él sabía que debía ser el guardador, porque era el hermano
mayor.
Yo me imagino lo que sintió Abel cuando fue herido por su
hermano. Es un dolor muy grande, es más grande que un golpe en la cabeza o una
puñalada por la espalda. El dolor de ver a quien amamos, quien debería cuidarnos, causándonos
heridas hasta matarnos, es insoportable.
Satanás no cambió su estrategia, es la misma, él continua usando a aquellos que
deberían ser los guardadores de nuestras almas para que nos hieran.
Caín no pensó en Abel, el pensó sólo en sí mismo. Abel fue una molestia para él. No podemos
dejar que la envidia entre en nuestros corazones, si no, estaremos matando a
nuestros hermanos menores.
Cuántos ya no fueron heridos por aquellos que deberían
ser su “Guardián”. Muchos líderes todavía no han entrado en la Visión Celular
en el Modelo de los 12, porque no quieren ser discipulados, no quieren ser
entrenados por otro líder. Quieren crecer, pero no quieren someterse a nadie.
La Visión es una Visión de unidad, de amistad y amor
entre hermanos. Infelizmente aún existen aquellos que no consiguen alegrarse
con los que se alegran. Es mucho más fácil llorar con los que lloran que
alegrarse con el éxito de otros.
Por otra parte la Visión Celular en el Modelo de los 12
trajo una unidad entre los Ministerios. Hoy existen verdaderos amigos que
vibran con la conquista de sus hermanos que están esparcidos por toda la
Nación.
Existen muchos líderes que están libres y sanados en el
alma. Líderes que superaron los abusos a los que fueron sometidos en el pasado.
Abusos que fueron realizados por otros líderes que deberían ser sus
protectores.
Los casos de abusos son cometidos, en su mayoría, por
personas que deberían ser protectores. Por un padre, un tío, un hermano mayor.
En la vida ministerial también es así, generalmente quienes nos hieren son
aquellos que nosotros pensamos eran nuestros “guardadores.” Un líder, un pastor,
un Discipulador. Son los que nos hacen daño.
Abel no hizo nada para merecer el odio de Caín, el sólo
quiso agradar a Dios, y hacer lo que era correcto. Mas el hecho de que Caín no obtuvo la misma
conquista que Abel, le llevó a estar
lleno de envidia. Y la envidia no sanada se convierte en odio. Y el odio es un
sentimiento mortal.
José
Otro personaje bíblico que enfrentó la envidia de sus
hermanos mayores fue José. José era el hermano menor, y por consiguiente,
debería ser el más protegido por los otros 10 hermanos mayores, mas
infelizmente no fue así.
José buscaba agradar el corazón de su padre, hacía lo que era necesario para estar cerca
del padre y no tenía culpa de que su
padre lo amara. Jacob amaba a José más que a sus otros hermanos. Eso fue un
error de parte de Jacob. No debemos amar más a uno que otro hijo. Porque, es
más común que el padre se agrade de la postura de un hijo. Jacob no sabía
administrar sus sentimientos, y su preferencia por José trajo prejuicios
terribles con sus hijos. Tal vez Jacob fue así, porque su padre Isaac, le había
preferido. Isaac amaba más a Esaú. Y Jacob fue despreciado.
Jacob cometió el mismo error que su padre. El tenía
preferencia por uno de sus hijos. Cuando un padre no sabe administrar sus
sentimientos, y hace elección entre los hijos, acaba generando contienda entre
ellos. Mas una cosa es cierta, los hijos siempre piensan que aman más a uno
que otro.
Los hermanos de José deberían protegerlo, pues era el más
joven de todos. Pero contrario a eso
José vivía con el desprecio y la envidia de sus hermanos. Es interesante que
cuando pasamos una experiencia como
esta, de enfrentar la envidia de alguien, nosotros intentamos agradar a esa
persona. Y por más que nos esforzamos nada cambia la situación.
Muchos intentan
cambiar una situación como esa, agradando, dando presentes, sin embargo, no
tienen maneras, parece que el esfuerzo aumenta aún más el sentimiento perverso
en el corazón del envidioso.
Generalmente aquel
que sufre ese tipo de persecución, no cree lo que los envidiosos son capaces de
hacer, pues continúa pensando en el fondo que ellos son amados. Hasta que viene
el ataque, una herida que muchas veces es mortal.
Imagine el
sentimiento que José debe haber experimentado, cuando fue a llevar los alimentos
para sus hermanos que estaban cuidando las ovejas. Ellos lo vieron de lejos, y
comenzaron a maquinar el mal contra él.
“Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador. Ahora
pues, venid, y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala
bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños. Cuando Rubén oyó
esto, lo libró de sus manos, y dijo: No lo matemos. Y les dijo Rubén: No
derraméis sangre; echadlo en esta cisterna que está en el desierto, y no
pongáis mano en él; por librarlo así de sus manos, para hacerlo volver a su
padre. Sucedió, pues, que cuando llegó José a sus hermanos, ellos
quitaron a José su túnica, la túnica de colores que tenía sobre sí; y le
tomaron y le echaron en la cisterna; pero la cisterna estaba vacía, no había en
ella agua. Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos miraron, y he
aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían
aromas, bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto. Entonces Judá dijo a
sus hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos
su muerte? Venid, y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra mano
sobre él; porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos
convinieron con él. Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron
ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los
ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto.” (Génesis 37:19-28).
Imagine lo que
sintió José, cuando sus hermanos lo agarraron, él no debe haberse quedado
callado. Con certeza, se preguntaba por qué ellos lo estaban tratando de esa
manera.
Es duro ser
maltratado por quien debería amarte. Ser herido por quien debería ser su
protector. José sufrió más por el dolor de ver a sus hermanos mayores
tratándolo de esa manera, que del hecho
de estar metido dentro de una cisterna corriendo el riesgo de muerte.
Su dolor fue mayor
que si hubieran sido unos enemigos o un
extraño. Pero fueron sus propios hermanos. Eran ellos los que estaban arriba
decidiendo cómo matarlo. Cuántas cosas habrán pasado por la cabeza de José. En
el momento que pensaba que estaba agradando a sus hermanos; él pensaba en el padre. Y los hermanos allí saciando su sed de
venganza.
A veces las personas
que amamos hacen cosas que nunca hubiésemos imaginado, pues creemos que ellos
nos aman, que nos protegen. Es común encontrar discípulos que fueron masacrados
por un pastor o por un hermano de Equipo.
Los hermanos de José
deberían ser un Equipo, un Equipo de 12,
mas ellos prefirieron vender al hermano como un esclavo. Cuántas lágrimas
debieron haber recorrido por los ojos de José, cuánto dolor en su corazón. Le
pusieron las manos y lo ataron.
Jamás pensó ser
amarrado por los propios hermanos, y vendido por ellos. José no creía lo que
estaba pasando. A pesar de que estaba atado, ve
a sus hermanos mientras la caravana de los mercaderes se alejaba. Qué
dolor.
Imagino los ojos de
José. Ruega pidiendo ayuda, ruega preguntando el porqué los hermanos estaban
haciendo esto con él. Lo que más duele no es el hecho en sí mismo sino de quien
viene el acto. En el caso de José, fueron los hermanos que él amaba. Y así,
viene de un compañero del Equipo, de un líder, de una esposa, un esposo, un
amigo y hasta de un pastor.
Cuando somos heridos
por quien amamos, no conseguimos olvidar, por más que intentamos. Con el tiempo
la herida queda escondida, pero muchas veces
ella continúa todavía adentro, y siempre que pasamos por una situación
adversa el recuerdo viene.
Quedamos atados a
ese lugar, como que si el tiempo no
hubiese transcurrido, en el instante exacto que fuimos heridos. Cuando vemos
una situación como esa, hayamos que Abel fue más bien bienaventurado, pues él
murió, mientras que José fue llevado cautivo.
José pasó por muchas
cosas, sus hermanos fueron instrumentos que causaron dolor. Mas Dios estaba con
él, y la conquista de José fue algo sobrenatural. Dios cambió el cautiverio de
José. Él creció en prosperidad, sin embargo, en el fondo su dolor permanecía.
José fue próspero en
Egipto, pero yo tengo la certeza de que si le preguntasen a él que prefería, él
hubiese preferido ser amado por sus
hermanos y haber permanecido en la casa de su padre.
Cuando estuvo frente
a sus hermanos, muchos años después, ya siendo hombre, siendo un gobernador de
Egipto, el dolor continuaba allí escondido. Entonces José se reveló a sus
hermanos, y les contó a ellos todo lo que había acontecido. El pudo ayudar a
sus hermanos, pudo sustentarlos, pero la relación nunca más fue la misma. José
estaba en la tierra de Egipto; y sustentó a todos ellos. No tenía como cambiar lo que había
acontecido, no podía retroceder el tiempo, mas ahora podrían proseguir.
Usted no puede
cambiar el pasado, no puede borrar lo que aconteció, mas usted puede cambiar el
futuro, puede salir de la prisión
espiritual en la que su alma entró cuando fue herido por quien usted amaba.
Perdone y libere, decida seguir adelante.
Usted puede haber
sido herido por un líder, su pastor, o por un amigo de Equipo, sin embargo hoy
usted puede salir de esa cárcel espiritual en la que se metió o le colocaron.
Usted puede decidir cambiar la historia.
Existen líderes
abandonados, porque no supieron lidiar con esa pérdida, con la envidia de
aquellos que deberían haberlos amado. Hoy en día el Señor te escogió para
cambiar tu destino. Todos los grandes líderes sufrieron el desprecio o la
envidia de hermanos mayores.
David fue rechazado
por sus hermanos, y se torno líder de ellos. José fue rechazado por sus
hermanos y se torno en el líder de ellos. Gedeón se sentía rechazado por sus
hermanos y se torno en líder de ellos. Moisés fue rechazado por sus hermanos y
se torno en el líder ellos. Dios tenía un plan de vida para esos hombres, y
Dios tiene un plan para tu vida. Las pruebas vienen, pero no vienen para
matarte. Las pruebas vienen para prepararte para la obra que Dios tiene por
hacer en tu vida, porque Dios tiene un
llamado para tu vida.
Usted es un escogido
de Dios. Son las pruebas las que preparan su carácter. Nosotros no queremos ser
probados, pero queremos ser aprobados. Nadie tiene victorias si no tiene
luchas. Ahora debemos aprender que nunca podemos abandonar nuestro llamado, y
debemos cuidar a nuestros hermanos.
Ninguno de nosotros debe caminar solo,
nosotros no estamos solos. Cuando Elías estaba deprimido y se sentía solo,
parecía que nadie estaba con él. Dios le dijo a Elías que no estaba solo. Dios
había guardado siete mil rodillas que no se doblaron a Baal, Dios estaba
diciendo a Elías que no estaba solo. Dios sabe que necesitamos tener amigos,
que no podemos estar solos. Dios nos llamó para andar en unidad.
Usted
necesita de hermanos, de amigos de Equipo.
Dios nos colocó en
un Equipo, usted es parte de un Equipo. Debemos amar a nuestros hermanos y
luchar por la unidad.
“Él respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los
ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus
altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me
buscan para quitarme la vida.” (1Reyes 19:10).
Debemos perdonar
nuestros hermanos, debemos orar por ellos. Cuando oramos por nuestros hermanos
que nos hieren, Dios cambia nuestro cautiverio. Mientras Job estaba sufriendo y sus amigos lo
juzgaban, él aún estaba sufriendo, mas cuando Job oró por sus hermanos… “Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando
él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían
sido de Job” (Job 42:10).
Cuando perdonamos a
quienes nos han ofendido, cuando buscamos la paz, estamos permitiendo que el
Espíritu Santo coloque en nuestros corazones el mismo sentimiento que hubo en
Cristo Jesús. Un corazón carente de orgullo y egoísmo.
Capítulo
7
Cordón de tres dobleces.
La oración es el
cordón de tres dobleces que impiden que
seamos derrotados. “Y si alguno
prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se
rompe pronto.” (Eclesiastés 4:12).
La oración es una
cobertura que necesitamos y que debemos dar a nuestro hermanos; cuando oramos liberamos el poder de Dios.
Cuando damos
cobertura espiritual a nuestros compañeros de Equipo, estamos cumpliendo un
principio de siembra y, con certeza, Dios va a levantar personas para que oren
por nosotros.
El principio del
cordón de tres dobleces puede ser establecido en la oración del Equipo. Tenemos
que tener en mente los motivos por los cuales estamos orando.
Debemos orar por
nuestros discípulos, un doblés; debemos orar por nuestros compañeros de Equipo,
los miembros del Equipo de 12, otro doblés; y debemos orar por nuestro
Discipulador, un doblés más. Es el principio del cordón de tres dobleces, no se
rompe fácilmente.
Cuando usted da
cobertura y recibe cobertura, si alguien quisiera prevalecer contra uno, los
otros dos dobleces prevalecerán contra él. Es la cobertura del discípulo, del
equipo y del Discipulador.
Siempre tendremos
cobertura unos de los otros, no importa de donde venga el ataque, siempre habrá
cobertura espiritual.
Un equipo
que se cubre encuentra descanso en el Señor
La oración es parte
esencial de la conquista. Muchos quieren conquistar, quieren que la Visión de
la Iglesia en Células en el Modelo de los 12 resuelva todos sus problemas, pero
no quieren pagar el precio de la conquista.
Sin oración que los
proteja no funciona, aún los mejores,
por eso existen muchos que están frustrados por no conquistar en la Visión y
ven a otros que conquistan. Cuando un Equipo se cubre, encuentra descanso en el
Señor, puesto que están protegidos.
La oración es
el aceite que mueve los engranajes de la
Visión. Sin oración la Visión sólo es un conjunto de metas.
Muchos ven nuestra
conquista hoy, mas no procuran saber cuál fue el precio de esta conquista que
ha sido establecida. Ven el Fruto Fiel que es una estrategia fantástica, pero
no saben cuáles fueron los precios pagados en oración para implantar el Mover
Celular Fruto Fiel.
Cuando decidimos
implantar el Mover Celular Fruto Fiel, convocamos a la iglesia a establecer un
reloj de oración, fueron 90 días de oración, 24 horas en la iglesia como ya
comentamos. Esto fue un alto precio que pagamos.
Cada discípulo tenía
un compromiso de una hora de oración en la iglesia. Y mis 12 discípulos y yo teníamos los horarios
de la noche. Lo hacíamos de madrugada todos los días sin interrupción. Fue un
sacrificio de oración y ayuno como nunca habíamos tenido antes, pero al
terminar nuestra conquista estaba establecida sobre las bases de la oración.
No era una simple
salida de casa todos los días, de madrugada para ir al templo a orar, pues la
oración debía ser hecha en el templo. Cuando un discípulo llegaba para cumplir
su horario, otro salía para descansar.
No realizamos más
paseos, cenas, fiestas de aniversario, viajes etc. Nosotros teníamos un
compromiso de implantar el Fruto Fiel. Y las bases fueron colocadas.
La oración es
esencial en todas las estrategias. Ella
rompe barreras que Satanás establece para impedir nuestras conquistas.
Cuando Daniel oraba
por Israel, el príncipe de Persia hizo resistencia al ángel Gabriel que venía a
traer respuesta de la oración. ¿Por qué pensamos que sería deferente con
nosotros?
Debemos
enseñar al Equipo a establecer el cordón de tres dobleces.
La oración genera la
unidad, pues quedamos confrontados. Cuando vamos a orar por nuestro hermano y
percibimos que nuestro corazón no es uno con él, entonces somos de cierta forma
obligados a cambiar nuestra postura con respeto a nuestros hermanos de equipo,
aquellos que deben ser nuestros compañeros en todo.
La oración en Equipo
trae una conquista sobrenatural, pues ella cumple con el principio de la
unidad. Establecemos el Reino de Dios a través de la oración de acuerdo.
“Otra
vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca
de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los
cielos.” (Mateo
18:19).
Imagine como los dones entran en
operación a través de la unidad en oración de un Equipo. Es tremendo lo que se
conquista por medio de la estrategia de oración a través de los 12.
Capítulo
8
Los 12 y la toma de
Territorios.
La conquista de la ciudad se da
por los 12. Son las 12 generaciones que
estratégicamente conquistan los territorios.
Todo territorio tiene un
propietario. No existen territorios desocupados. Cada territorio tiene un
principado y eso varía de acuerdo con el tamaño del territorio.
Un barrio tiene una jerarquía de
demonios que comandan aquel territorio; y una cuidad es otra jerarquía. Un
estado es ya una potestad, una nación tiene un principado. Entonces, la
conquista enfrenta varios niveles de enfrentamientos y contraataques, eso es de
acuerdo con el territorio que usted quiere conquistar.
Los 12 establecen gobierno,
toman territorios. Cuando Israel entro a Canaán, ellos encontraron un
territorio ocupado, y la tierra fue dividida entre ellos.
Debemos dividir la tierra
ocupada entre las 12 generaciones, y establecer objetivos de conquista. Josué estratégicamente
hizo trazado del territorio, y se los entregó a las tribus de Israel
(Generaciones de 12), y cada generación se hizo responsable por la conquista de
un área. “todos
los que habitan en las montañas desde el Líbano hasta Misrefotmaim, todos los
sidonios; yo los exterminaré delante de los hijos de Israel; solamente
repartirás tú por suerte el país a los israelitas por heredad, como te he
mandado.” (Josué 13:6).
Las tribus se
organizaron y salían juntos para la batalla; ayudándose unos a otros para
conquistar sus territorios. Cuando uno conquistaba, no significaba que podía
descansar, tenía aún que ayudar a los compañeros en su conquista.
En el reino
espiritual es igual que en el reino
físico. Debemos ayudarnos en la conquista de nuestros territorios. Debemos
dividir la tierra a ser conquistada por los 12. Para que oren por la conquista.
Nadie debe ir a una
batalla sin una cobertura, es necesario solicitar oración de un compañero de
Equipo. La intercesión hará que sea más fácil vencer.
Nuestra lucha no es
contra las personas, mas sí en contra de principados y potestades. “Porque no tenemos lucha contra sangre y
carne, sino contra principados, contra POTESTADES, contra los gobernadores de
las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las
regiones celestes.” (Efesios 6:12).
Debemos entender que
nuestro contraataque es contra las tinieblas, por causas de la conquista. Si
queremos conquistar una calle, el nivel de contraataque es uno, pero si
queremos conquistar una ciudad, tenemos otro tipo de lucha por el frente.
Los 12 fueron
enviados para conquistar el mundo, pero primero ellos debieron permanecer en
Jerusalén, hasta que fueron revestidos de poder. Y después, entonces, fueron
para la conquista del mundo afuera, pero no sin la debida preparación.
La conquista primero
debería ser en Jerusalén, después en Judea, entonces en Samaria, y por último,
los confines de la tierra. “pero recibiréis poder, cuando
haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén,
en toda Judea, en Samaria, y hasta lo ÚLTIMO de la tierra.” (Hechos 1:8).
Vea que los
discípulos fueron conquistando gradualmente y creciendo en el conocimiento de
la batalla, ellos enfrentaron un nivel de guerra. Nadie debe ir para las
naciones si todavía no ha conquistado ni su Jerusalén, su Judea y su Samaria.
Los discípulos sólo
deberían iniciar la conquista después de haber recibido el Poder que viene del
Espíritu Santo, sin ese poder ellos no deberían ni salir de Jerusalén.
Una unción
de conquista es liberada a través de los 12.
Los 12 necesitan
estar en alianza para protegerse unos a
otros. Hacer alianza es comprometerse.
Los 12 no pueden
aceptar acusación de nadie en contra de su compañero de conquista. Tenemos que
ser un Equipo Modelo en Jesús, unidos al punto de parecer que somos una sola
persona.
Es muy común ver
compañeros de Equipo que discuten por causa de un discípulo que se quiere
cambiar de generación, sea porque la esposa estaba en otra generación, o que el marido quiere que ella
se venga para la misma célula o viceversa.
Y también existen
aquellos que se deleitan con la conquista de otra generación. También están
aquellos que son confrontados por el líder y quieren cambiarse, porque no
quieren compromiso. Todo eso es normal dentro de la Visión, lo que no es normal
es que los 12 discutan por causa del comportamiento de los discípulos. Pues
muchas veces, por vergüenza de decir que se quiere ir, el discípulo dice que
fue invitado, y eso genera contienda. Por eso debemos advertir al Equipo que
ellos no pueden indignarse por causa de esos problemas que son inherentes a la
conquista. Eso es perfectamente normal.
Los compañeros de
Equipo son los que deben respetarse unos a otros y comunicar al compañero el
comportamiento de algunos discípulos, y nunca convidar a nadie de otra
generación y mucho menos de otra iglesia para componer su equipo.
Cuando un discípulo
viene a buscarnos, debemos instruirlo a que debe conversar con su Discipulador,
y nosotros mismos debemos comunicar al compañero de Equipo, evitando así abrir
brechas al enemigo para que Satanás no vaya a tener argumentos para dividir al
Equipo de 12. Debemos ser indivisibles, como UNO.
Este punto es un
gran paradigma de la Visión, pues muchas veces un hombre o mujer se convierte
en una célula de una generación y en el futuro el esposo o la esposa se
convierte en otra célula, y va para otra generación. Entonces después, los dos,
que deberían estar juntos en una generación, se encuentran separados en la
conquista.
Nuestra actitud como
líderes, debe ser dar instrucciones de que son libres en su decisión, pues la
Visión no vino a dividir, mas sí a unir a la iglesia. Los discípulos tienen
libre albedrío para decidir en cuál generación se quedará, sólo cuando sea para
acompañar a su esposa o viceversa.
Nuestra preocupación
principal debe ser el bienestar del discípulo y del Equipo. En nuestro
Ministerio dejamos al discípulo libre para escoger, e incluso si lo que
prefiere es quedarse en generaciones separadas, a pesar de las molestias que
causan algunos, respaldamos su decisión, pues el discípulo no es una mercancía,
ni el Discipulador es su dueño.
No somos dueños de
nadie, nosotros servimos en el rebaño de Dios. Para conquistar territorios,
debemos tener unidad, y para tener unidad debemos respetarnos unos a otros.
Capítulo 9
Un Equipo de
Alianza.
“Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de
hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade.” (Gálatas 3:15).
Dios es un
Dios de Alianzas.
Dios siempre está
dispuesto a bendecirnos en alianza,
cuando estamos en alianza, liberamos una unción de alianza, y el ángel que
guarda la alianza nos protege.
Si apenas decimos
que estamos en unidad, mas no
estuviésemos en alianza, nuestra unidad durará muy poco.
El líder bebe
promover la alianza del Equipo y ser el guardador de la alianza. Cuando un
Equipo está en alianza, vence las tentaciones que quiebra la unidad, pues
recordamos que tenemos un pacto, una alianza con nuestros compañeros de Equipo.
Es interesante
notar, que Dios volvió del cautiverio a Job, cuando oró por sus amigos. Con
certeza la alianza entre ellos fue rota, mas cuando Job oró por ellos, el
cautiverio fue invertido. Job, cuando él
hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido
de Job” (Job 42:10)
Los 12 deben
tener una alianza de oración.
La oración es la
forma de guardar a nuestros compañeros de Equipo, como si estuviésemos en una
trinchera en una guerra, y nuestro compañero estuviese dándonos cobertura
contra el enemigo.
Jesús dijo que si
dos se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de alguna cosa que pidiesen, eso
sería un hecho por el Padre que está en los cielos. “Otra
vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca
de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los
cielos.” (Mateo 12:25).
Imagine sus 12 en
alianza y en acuerdo acerca de una
conquista, con certeza, estará de parte de Dios, una bendición extraordinaria.
Solo la desunión puede robar nuestra conquista.
Estar en alianza
trae seguridad. Un equipo en alianza mantiene al enemigo lejos. La alianza
repele los ataques del enemigo.
Debemos traer el
reino de Dios a esta tierra, y este reino es tomado por la fuerza, en una
guerra. Jesús nos enseñó eso. Estamos en guerra y no tenemos tiempo para
permanecer apagando el fuego del amigo, y estar tratando guerras privadas entre
el Equipo.
Si nos dividimos,
nuestra conquista será anulada y el reino será devastado. “Sabiendo
Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: TODO
REINO DIVIDIDO contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida
contra sí misma, no permanecerá.” (Mateo 12:25).
Usted es responsable por la
unidad del Equipo, todos somos responsables de nuestra unidad. Debemos dejar
fuera del Equipo todo lo que puede significar un riesgo para nuestra alianza,
sea una broma de mal gusto, o sea una manera de hablar.
Nuestra alianza debe estar por
encima de nuestra voluntad, pues nuestra alianza mantiene la unidad. En un Equipo
donde existe la alianza es más unido, más fuerte y obviamente, obtienen más
victorias y más conquistas.
Así es como Dios quiere que
andemos, en unidad, en alianza cumpliendo con nuestro llamado y caminando en la
misma esencia que Jesús enseñó.
Capítulo
10
El perfil de un líder
según el corazón de Dios.
Si queremos tener un Equipo de
excelencia, entonces necesitamos ser líderes de excelencia.
Un día Dios quería escoger un
rey para Israel, entonces Él estuvo por todas las casas de Israel y encontró entre ellos un niño que
aparentemente no tenía nada especial, pero poseía un corazón apasionado por
Dios.
Tener un corazón apasionado por
Dios es el principal requisito para ser un gran líder, mas no es sólo eso.
Porque hoy encontramos muchas personas que tienen un corazón apasionado, que
componen canciones apasionadas y fascinantes, pero eso no es todo.
Cuando Dios buscaba para sí un
rey, Él estaba buscando alguien que estuviese dispuesto a obedecerlo. Pero
podemos observar que hoy también encontramos muchos discípulos que son
obedientes, pero eso no es todo.
David fue un joven escogido por
Dios. En este capítulo descubriremos que había un David que se diferenciaba de
otros de su época.
Hoy encontramos a muchos igual
que David en el Reino de Dios, pero también encontramos a muchos que son igual
a Saúl y a Absalón. Espero que al final de este modesto capítulo usted pueda
saber quién es.
Un día David estaba en el campo
cuidando sus ovejas. Cuidar de ovejas en el desierto no es uno de los mejores
trabajos que existen. La verdad, en la época de David, ese era un trabajo
despreciado, era realizado por aquellos que no podían hacer las tareas más
importantes.
David vivía en el campo. Era un
joven solitario en una inmensidad de arena, piedras y poco pasto. En ese
escenario, el joven solitario desarrolló sus habilidades que le valieron de
mucho. El practicaba tirar piedras con la honda, a veces pasaba horas tirándole
piedras a los arbustos. Otra habilidad que David desarrolló muy bien, fue el
arte de tocar el arpa y cantar alabanzas a Dios.
El silencio en esos lugares
llega a ser ensordecedor, mas en aquel desierto era posible oír a David, desde
lejos, con su arpa y sus cánticos devocionales. Creo que Dios y los ángeles se
detenían para escucharlo.
Un día David oyó el balido*
de una de sus ovejas y vio a un gran oso atacando a uno de sus corderos.
Él no lo pensó dos veces y atacó al oso.
David no pensó en el peligro, él quería librar a su cordero. Así fue también
con un león.
*balido:
sonido que emite la oveja con su voz.
El verdadero líder da su
vida por sus ovejas.
David amaba aquellas ovejas, él
amaba lo que hacía, aunque eso no fue suficiente ante los ojos de los demás.
Un día David fue llamado por uno
de sus hermanos para ir corriendo a su casa, porque el profeta Samuel estaba
allá y lo quería ver. David sabía quién era Samuel, pero… ¿sabía Samuel quién era David? Con certeza
no.
Hoy existen muchos líderes escondidos, porque aún no llegó el tiempo de
ser conocidos. Aún no han terminado su entrenamiento. Mas un día ellos estarán
listos y van a impactar su ciudad, su estado, su nación.
Usted puede ser ese líder. Tal
vez usted todavía no se ha desatado en su conquista porque aún está siendo
entrenado.
David llegó a su casa y el gran
profeta Samuel lo unge diciendo que el
Señor Dios lo escogió para ser rey de Israel. ¿Después de eso usted haya que
David asumió el reinado? Sería simple si así fuera ¿no? La verdad es que
después de ser ungido, él volvió a cuidar de las ovejas de su padre. Parece que
nada cambió. Pero en el mundo espiritual, comenzó David su entrenamiento en la
“Facultad de líderes del corazón de Dios”. Facultad en la que muchos son
reprobados y algunos no logran pasar ni
siquiera el examen de ingreso.
Cuando Dios quiere usar a
alguien en una gran obra, Él necesita preparar un gran líder. Este líder
necesita ser entrenado en la escuela de Dios.
David continúo con su vida de
pastor de ovejas. Creo que fue en esta ocasión cuando él enfrentó al león y al
oso. Después de eso, en un determinado día, su padre lo envía a llevar una
comida para sus hermanos que estaban en la guerra. Llegando allá, David se
encuentra con una escena inusual. Él ve a un gigante ofendiendo al ejército de
Israel y ofendiendo al Dios de Israel. David ve que nadie se mueve y entonces
se ofrece para luchar con aquel gigante. David ya había enfrentado a un oso y a
un león, entonces aquel gigante sería una lucha más en su vida. Él sabía que el
mismo Dios que le había librado en las luchas anteriores lo haría ahora también.
Las luchas que pasamos son un
entrenamiento para las luchas mayores, son peldaños que necesitamos subir, son
piedras que necesitamos quebrar para seguir en dirección del plan de Dios para
nosotros.
Muchas veces no entendemos
determinadas situaciones en nuestras vidas, pero después de un tiempo
entendemos que era plan de Dios para prepararnos para confrontaciones mayores.
Y también victorias mayores.
Todo líder es probado en su fe,
en su persistencia y en su amor para con
Dios. Ninguna prueba viene para matar al líder, ellas vienen para forjar el
carácter de Dios en él. En la prueba el
líder recibe de Dios un entrenamiento necesario para ser un instrumento en las
manos del Señor. Es común que un líder que esté en entrenamiento se sienta
solo, pues el desierto es un lugar para aprender a luchar y adorar a Dios.
David, cuando vio al gigante
Goliat, entendió la oportunidad que tuvo durante tanto tiempo en el desierto
jugando con las piedras en los arbustos, en los objetivos cada vez más
distantes. David entendió por qué Dios simplemente no ahuyentó al león o al
oso. David tuvo que enfrentarlos. Ahora estaba listo para decirle al gigante
que iría contra él en el Nombre del Señor de los Ejércitos. David conocía al
Señor de los Ejércitos. Él ya tenía la experiencia suficiente con Dios para
enfrentar esa situación. David era un joven experimentado en la batalla.
El gigante era una oportunidad
para David ser reconocido como guerrero, porque hasta
entonces sólo lo conocían como “Davicito” el que cuidaba las ovejas. Sus
hermanos lo despreciaban por causa de su oficio, como está escrito en 1Samuel
17:26-51.
Aquel gigante fue una meta en la
vida de David. Pero nada cambió desde entonces. Después de haber matado la
afrenta del pueblo de Israel, el tenía la promesa de Saúl que se casaría con la
hija del rey. Pero estaba apenas comenzando la segunda parte del entrenamiento.
David ya había pasado la primaria, ahora estaba en la educación media.
Saúl comenzó a ver a David con
malos ojos, el comenzó a sentir envidia de David. No sabemos si Saúl tenía
conocimiento de que Samuel ya había ungido a David como rey, sabemos que la
persecución comenzó y David no había hecho nada para que todo eso aconteciese.
Saúl comenzó arrojando una lanza
contra David, con una clara intención de matarlo. Pero lo que llama la
atención, es que David tocaba el arpa para librar a Saúl de un espíritu maligno
que lo perturbaba. Pero así mismo, Saúl continuaba tirándole lanzas a David.
Cuando alguien tira una lanza
contra otro, lo normal es que el atacado
tire la lanza devuelta. David no hacía eso. David sólo la esquivaba.
Había algo interesante en David,
él reconocía la unción que había en Saúl. Aunque Saúl estaba endemoniado, aún
viendo que el Espíritu de Dios no estaba sobre Saúl, él lo respetaba. David
sabía que quien había ungido a Saúl era Dios.
Saúl ahora era un instrumento
usado para continuar el entrenamiento de David. Líderes como Saúl existen
muchos, usted no sabe quiénes son. Sólo Dios sabe quiénes son.
David tenía comunión con Dios,
él entendía que Dios estaba permitiendo que él pasase por aquella situación
porque tenía algún propósito. David no refutaba nunca. Él no hablaba mal de
Saúl, no buscaba a aquellos que no estuvieran de acuerdo con Saúl para entonces
formar un grupo con ellos. David tenía su vida en las manos de Dios y confiaba
en el Señor para dejarse guiar por Él.
David atribuía la voluntad de
Dios a todo lo que le pasaba. Él no le daba crédito al enemigo ni creía que le pudiera ocurrir alguna cosa que no
fuera la voluntad de Dios. David sabía
que quien exalta es el Señor y quien humilla es el Señor. “Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será
enaltecido.” (Mateo 23:12).
Incluso sin haber hecho nada
para merecer el desprecio y la persecución por parte de su líder, David terminó
por tener que
irse para preservar su vida; sólo se fue
porque Jonathan lo permitió. Y cuando se
fue quedó solo.
Él pudo
haberlo hecho , mas no lo hizo, el agrupar a todos aquellos que estaban
descontentos con la administración de Saúl. No encontramos ni una sola vez que
él haya respondido a las agresiones; nunca criticó de alguna manera a su líder.
David sabía que él había sido ungido rey de Israel, sin embargo no hizo nada
para tomar el trono; no usurpó el trono de su líder.
¿Cuántos consejos deben
haber sido dados a David?
Uno de mis doce más fructíferos
recibió el consejo de un discípulo para abrir una iglesia, pues él ya poseía
una gran generación, y entonces, podía tener
“su” Ministerio. ¿Sabes lo que él hizo? Reprendió a ese discípulo.
Ofertas como esas siempre
aparecen, más nuestra unidad está afirmada en una alianza de amor.
Cuántas veces alguien debió
haberle dicho a David que quien debería ser el rey era él. Más él no intento en
ningún momento subir al trono. David tenía consciencia de que lo que Dios hace
es perfecto, y si Dios todavía no lo hacía subir al trono, no sería él quien
iría a hacer tal cosa.
Yo imagino a David ir de vuelta
para el desierto, después de ser aclamado por Israel, por las victorias
consecutivas sobre los enemigos. Él
luchaba por el reino y por el rey, a pesar de que éste intentase contra él.
Ahora su palacio era una cueva
en el medio de la nada. Cuántas veces él se preguntó: ¿qué será lo que hice
para merecer esto? Pero incluso allí, huyendo de un líder que decidió matarlo,
él continuaba con su postura de no tomar represalias.
Un montón de
disgustados, endeudados, desistidos, se unió a David. Hombres que huyeron y David
se convirtió en capitán de ellos. Esos hombres se tornaron en valientes, “los
valientes de David.”
El sufrimiento une a las
personas más que los logros
Un día en medio de una
persecución feroz, David se escondió en una cueva, entonces se dio cuenta que
Saúl entró en ella para hacer sus necesidades. David cortó un pedazo del manto
del rey. Sus líderes no entendían cómo él pudo quedarse quieto y no matar al
enemigo. Ellos pensaban que aquella vulnerabilidad fue una providencia de Dios.
Pero David respetaba la unción que estaba en Saúl. Hasta llegó a lamentar el haber cortado un trozo del
manto de Saúl.
Cuando David tuvo la
oportunidad, él sólo preguntaba ¿qué yo hice a mi líder? ¿Por qué me quiere matar? David fue execrado
públicamente por Saúl. Quien no lo conocía no tenía como rebelarlo.
Fueron muchos años,
aproximadamente unos 10 años, hasta que Dios lo instaló como rey. Fue necesario
mucho entrenamiento en el desierto para
ser un líder según el corazón de Dios.
David pasó la prueba. Él no era
un rey como Saúl, él era David, un líder de acuerdo con el corazón de Dios.
David tuvo sus momentos como
rey, tuvo sus caídas, tuvo sus conquistas, sus pérdidas. Y después de verlo con un reino confirmado,
David descubre que su hijo Absalón quiere tomar el reino, después de conquistar
tantas luchas.
Claro que todo reino tiene
problemas, por supuesto que ningún líder puede alcanzar la unanimidad. Pero
Absalón dejaba una palabra suelta aquí,
otra allá. Él “sentía lo que sentían las
otras personas”, él lloraba con ellas, él les decía que si él fuera el rey lo
haría diferente a su padre.
David sabía eso y no hacía nada.
David sabía que quien lo podía poner fuera era Dios. Entonces él no tenía
porqué temer a una rebelión.
Un líder que anda predicando
sumisión y autoridad, que anda con miedo a perder su puesto, es porque no
confía en que Dios cuida su liderazgo. La verdad es que su liderazgo no está
firme.
David escuchaba los rumores
acerca de Absalón, él siguió todo, pero no hizo nada para impedirlo. Él no
quería ser como Saúl, sabiendo que Absalón siendo su propio hijo, no era como
él. David no quería ser como otro Saúl.
Un día Absalón consiguió reunir
a un grupo muy grande de rebeldes y con ellos se proclamó rey de Israel. David
tuvo que abandonar su palacio. Después de viejo, de haber pasado todas las
pruebas que fueron necesarias para ser el líder que era, ahora se enfrentaba con esta situación:
tener que disputar el liderazgo con su hijo. Él no estaba dispuesto a eso y
prefirió irse.
David se fue con sus líderes
fieles, ellos no entendían por qué David no tomaba una actitud en relación con
estos hechos. Más era porque David conocía
a su Dios. Y él no sabía que era Dios que estaba probando o si ya era
hora de que el reino pasará a manos de uno de sus hijos. ¿Será que sería así?
¿En la base de la rebelión? Claro que no.
Cuando David estaba saliendo de
Jerusalén humillado, uno de sus
verdugos, Simei, lo maldijo. Los discípulos de David querían matarlo, mas él no
lo permitió. David dijo que si estaba pasando así , es porque tenía el permiso
de Dios. ¿Con una sumisión como está qué podría acontecer? Dios restauró el
reino de David.
Usted puede escoger qué tipo de
líder usted quiere ser: Saúl, David o Absalón. La elección es suya. Todo
depende de sus actitudes. El poder de
decisión está en sus manos. Espero que
usted decida por confiar en Dios.
Moisés también pasó por una
crisis en su ministerio, cuando Coré dirigió una insurrección. Y Moisés nada
hizo. Moisés dejó la causa por cuenta de Dios, él dejó que Dios diese la respuesta (Números
16).
El verdadero líder no vive
popularizando su liderazgo, el líder según el orden de David, no reacciona
según sus persecuciones, él entrega al Señor su camino.
David podía escribir este Salmo: “Encomienda a Jehová tu camino,
Y confía en él; y él hará.”
(Salmos 37:5).
Hombres como Moisés y David son
forjados en el fuego, porque es en la prueba donde nace el líder.
Nunca existirá un David, sino
hubiese un Goliat. No hubiese un Moisés si no existiese un faraón. Los enemigos
son buenos para nuestras conquistas.
Las dificultades son una
preparación para conquistarnos, son oportunidades que Dios da para que
crezcamos. Todo depende de la actitud que usted toma durante la dificultad.
Cuando comenzamos nuestro
ministerio en Manaus, comenzamos debajo de un árbol, eso después de haber
construido cinco iglesias en otra denominación, después de 16 años de servicio
como pastor, sacrificando mi familia, mudándome de una ciudad a otra… Cuando
salimos entregamos todo y salimos solamente con la bendición de Dios, que es
más que suficiente.
Qué bueno es poder confiar en el
Señor, saber que Dios toma nuestra causa en sus manos. El tiempo siempre
mostrará quién es quién; no nos debemos precipitar.
Si usted está sufriendo
persecuciones, no retribuya, no busque sus “derechos” sus razones, entregue su
camino al Señor. Confíe en Él, y Él hará, Él
siempre hace.
Capítulo
11
El verdadero líder es
aquel que sirve.
Fuimos llamados para ser líderes
y servir al Cuerpo de Cristo. A los ojos del mundo secular, eso es una
contradicción, pues el pensamiento común y corriente es que los líderes son
servidos, lo que pasa es que según el modelo de Jesucristo, debemos servir.
Infelizmente dentro de la iglesia hoy en día vemos muchos líderes que no
crecen, no se destraban porque no han aprendido a servir ni aprenden del Modelo
de liderazgo de Jesús. Muchos piensan que servir no es ser un líder de verdad,
pues según ellos los líderes de verdad “coordinan, dan misiones, recogen
resultados.”
Jesús fue el Modelo perfecto de
liderazgo, Él enseñó a sus discípulos a ser líderes-siervos. Jesús formó un
Equipo de excelencia, un Equipo de Siervos.
Algunos piensan que un Equipo de
líderes-siervos es formado bajo obligación, pero eso no es verdad. La manera de enseñar a un equipo de discípulos
es sirviendo y sirviéndoles.
Un día la madre de dos de los
discípulos de Jesús, llegó al maestro para
pedirle que sus hijos se sentasen uno a la derecha y otro a la izquierda
del Señor, cuando fuese implantado su reino. Ellos estaban preocupados por la
posición de honra. Es todavía hoy grande el número que están preocupados con
una posición, en los primeros lugares. “Entonces
se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante
él y pidiéndole algo. Él le dijo: ¿Qué
quieres? Ella le dijo: Ordena que
en tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a
tu izquierda. Entonces Jesús respondiendo, dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber
del vaso que yo he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo soy
bautizado? Y ellos le dijeron:
Podemos. Él les dijo: A la
verdad, de mi vaso beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis
bautizados; pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo,
sino a aquellos para quienes está preparado por mi Padre. Cuando los diez
oyeron esto, se enojaron contra los dos hermanos.” (Mateo 20:20-24).
Vemos aquí una madre preocupada
en colocar sus hijos en buena posición. Es una madre que fue a atender el pedido de sus hijos, para
garantizarles la honra. Pienso que los hijos de Zebedeo sabían lo que la madre
iba a pedir al Maestro. Tal vez ellos la habían utilizado para que pudieran ser
excusados con los otros 10. Mas la verdad es que ellos querían un lugar de
honra.
No existe
nada de errado en querer ser grande, no existe nada de errado en querer crecer,
eso es inherente al ser humano. En el
caso de los hijos de Zebedeo lo que no estuvo bien es la forma como ellos
querían lograr esa posición. Tal vez los otros 10 también querían la misma
cosa, pero ellos dos se anticiparon y eso causó trastorno entre ellos.
“Entonces
Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis
que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son
grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas
entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre
vosotros será vuestro servidor, y
el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo;” (Mateo
20:25-27).
Servir fue
una gran enseñanza de liderazgo que Jesús dejó para nosotros. La palabra de
Jesús para sus discípulos no fue una crítica, fue una enseñanza. “El que quiera
hacerse grande será vuestro servidor” Quien aprende a servir alcanza los
lugares altos, alcanza lugar de honra. El servicio te lleva a la cima.
Cada uno de
nosotros recibe de Dios un don para servir, sea en el mundo secular, o sea en
la iglesia. Todos nacemos con un ADN de liderazgo, el problema es que pocos consiguen
encontrarse y encontrar su don. Eso es porque su preocupación siempre ha sido
cómo sobrevivir o cómo ganar mucho dinero, o incluso cómo llegar a ser grande.
Las personas
nacen con dones específicos dados por Dios, es simplemente maravilloso cuando
una persona descubre su vocación, su don y lo coloca al servicio de la
humanidad. Todos somos beneficiados cuando colocamos nuestro don a disposición
de otros para servirlos.
Todos ya
fuimos servidos por alguien que ama lo que hace, eso es el don en operación. Podemos darnos cuenta cuando una
persona está actuando en su área, en su don. Es agradable ver a alguien
entregando su don. Hasta en las cosas que parecen más simples.
Tengo un
discípulo de la 3era generación de 12
que lava carros. Yo nunca encontré a alguien que lavase carros con tanto placer
como él. Él deja el carro brillante, ahí se aleja un poco del carro, como quien contempla una
escultura que terminó de hacer. Es como un trofeo. Y ha prosperado en este
trabajo. No piensa en hacer otra cosa, porque es feliz en aquello que hace.
Yo cruzo un
largo trecho para lavar mi carro en el auto lavado de este discípulo, desde el
tiempo en que aún no era siervo de Dios. Claro que alguien puede pensar que
lavar carros no es una tarea rentable, pero crear una gran empresa
especializada en limpiar carros sí.
Un camarero que sabe servir, que le gusta
servir, puede tornarse en un gerente, un director y hasta propietario de una
red de restaurantes.
Cuando usted
actúa en su área, usted sirve con alegría y eso no es pesado. Quien hace lo que
le gusta no siente peso del trabajo.
Yo podría
pasar una buena parte de tiempo escribiendo de personas que sirvieron y sirven
con sus dones y prosperan y me faltaría
espacio para mencionar tantos nombres como Bill Gates, Michael Jordan, Silvio
Santos…
Mas lo que yo
quiero enfatizar es que servir siempre nos lleva a los lugares altos. Cuando
alguien sirve en aquello que fue llamado, no se rinde cuando tiene
contratiempos, pues hace lo que ama y lo que nació para hacer.
Los líderes
que quieren ser líderes de una gran generación, pero no les gusta estar cerca
de la “gente”. Ellos no quieren ser tocados por la multitud, no quieren ser
molestados por la multitud.
El líder debe
colocar sus dones a la disposición del pueblo, no debemos estar preocupados en
ser servidos, pero sí en servir.
Cuando
comencé a servir al Señor yo quería ser
el líder de una gran banda de música misionera que recorriera el mundo
predicando el evangelio, pero yo no quería ser pastor, pues la verdad, yo no
quería llevar la carga del ministerio pastoral. No obstante Dios un día me
llamó al ministerio pastoral.
Recuerdo con
cierta nostalgia el comienzo de mi ministerio. Yo fui enviado para abrir una
iglesia en un barrio cerca, era un salón
muy pequeño, cabían alrededor de treinta personas sentadas. La única cosa que
pedí era que mi líder permitiese que un joven discípulo me acompañase, pues
Jesús dice que no es bueno que esté
solo. Entonces fuimos Juan Batista y yo.
Los primeros
cultos eran muy interesantes, yo cantaba mientras Juan me acompañaba con las
palmas, naturalmente, fuera de ritmo. Pero no tenía problemas, pues yo tampoco
sabía cantar. Eran cultos intrigantes, pues evangelizábamos y el pueblo no aparecía,
pero los cultos se llevaban a cabo normalmente. Yo predicaba como si la iglesia
estuviese llena de gente, pero mi público era Juan. Yo cuidaba muy bien la vida
espiritual de Juan, pues si él faltase al culto yo estaría con serios
problemas, pues era mi única oveja.
Así fue como
comenzó. En una tienda pequeña de apenas un discípulo, pero con un corazón
ardiendo del deseo de ganar almas. Fueron ocho meses de trabajo en aquel lugar.
Nunca pensé en desistir, pues predicar el evangelio nunca fue un trabajo sino
un placer.
Después de
ocho meses la iglesia contaba con 28 miembros. Entonces, yo pasé por la prueba
de Dios, la escuela de ministerio servicial. Fui enviado para dirigir una
iglesia mayor, donde habían 87 discípulos en un espacio para 400 personas. Fue
mi segundo desafío ministerial. Salí de la primaria y pasé para la secundaria.
Fue realmente un gran desafío ministerial aquella iglesia, porque estaba
fundamenta sobre costumbres. Fueron más de ocho meses y la iglesia ya estaba en
el fuego y creciendo, ya teníamos más de 300 discípulos. Pero fuimos
transferidos nuevamente para pastorear otra iglesia. Y así fue como llagamos a
la ciudad de Manaus.
Siempre sirviendo
Es una
alegría poder servir. Yo descubrí mi llamado pastoral, y desde entonces estoy
vivo para servir al Cuerpo de Cristo, independientemente de donde sea o esté,
yo amo guiar a las personas a su llamado.
Cuando
hacemos aquello para lo que fuimos llamados a hacer, no es triste o perezoso
servir. Todo líder que quiere crecer debe tener una mente de servicio, fuimos
llamados para servir.
Jesús llamo a
sus discípulos y les dio la enseñanza clave para el crecimiento, servir.
En la visión
todos tienen la capacidad de liderazgo, pero lo que necesitan entender es que
el liderazgo comienza a ser desarrollado desde cuando somos pequeños, dentro de
la casa. Cuando el hermano mayor lidera dando órdenes a los menores, él está
entrenando su liderazgo. Entonces, según ellos el hermano menor difícilmente
será un líder, pues no tiene como mandar en nadie.
Sólo que ese
pensamiento está completamente en desacuerdo con las normas de Jesús. Quien es
hermano menor sabe cuán difícil es ser liderado por los hermanos mayores, ellos
quieren mandar en usted y no enseñar.
Mas cuando
servimos como hermanos menores, nosotros servimos a nuestros padres y hermanos.
En nuestra casa fuimos 13 hermanos, de los cuales yo soy el número 12 (ya nací
12). Yo pude entrenar liderazgo de servicio, así como fue con José, David,
Gedeón, René y tantos otros.
Hoy existen
líderes que no se desatan, porque no aprendieron a servir. Ellos cogen un
conjunto de metas y creen que es suficiente para crecer, pero acaban por
hacerse líderes frustrados en su conquista, pues no aprendieron a servir.
Muchos hijos
de pastores no dan continuidad al legado del padre, porque no aprendieron a
servir, entonces piensan que son incapaces de dar continuidad al ministerio.
Tengo dos
hijas, una ama el Derecho, nació para ser abogada, y también ama cuidar de las
vidas. Con certeza será una pastora abogada de mucho éxito. La otra ama danzar,
cuando ella danza somos ministrados. Con certeza, será propietaria de una
gran academia de danza, y también ama
las vidas. El legado ministerial proseguirá. El servicio continuará en
operación.
Ser un líder servicial es proseguir en
dirección del lugar que Dios preparó para nosotros.
Yo tengo un
mentor que es un verdadero líder servicial, sirve a todos con lo que mejor sabe
hacer: “una palabra que desata”. Yo nunca participé de una reunión que él
ministrase y que no fuese acrecentado. Es un don.
Muchas veces
llega de madrugada de viaje, acabando de hacer un congreso donde fue a
ministrar y aun así está en los cultos, las reuniones con los discípulos,
ministrando por horas, trayendo una palabra de vida. Él hace eso con inmenso
placer; él sirve en su don. Quien conoce al Apóstol René Terra Nova, sabe que
es de quien me estoy refiriendo. Parece que él es incansable. Es don. Es servicio.
Ser un líder
siervo y servir es lo mejor que tiene. Es maravilloso cuando usted ve una
persona sirviendo en su don, sea un don de sanar, de cantar, de orar, de lavar
carros, de vender zapatos, de pintar. ¡No importa!
El servicio
es lindo de ver. Y lo mejor es que usted aún gana para hacer aquello que le
gusta. Es como Jesús dice: “aquel que quiera ser grande, sea el servidor de
todos”. Esta palabra está ligada al crecimiento.
No importa
cuál sea la posición en la que usted esté, si usted quiere ser grande, sea
siervo de todos. ¡SIRVA! Las personas que sirven no son malhumoradas, no tienen
depresión, pues hacen lo que nacieron para hacer.
Haga lo que
usted nació para hacer. Si usted aún no sabe para que nació, ¡sólo sirva! Sea
un siervo de todos, no importa donde usted esté, sirva. Si trabaja en una
tienda, una fábrica, en la iglesia… sólo sirva. Comience limpiando el baño,
lavando carro. No se preocupe por lo vano que puedan decir al respecto. ¡Sólo
sirva! Pues el servicio le llevará al centro de la voluntad de Dios. Y entonces
usted sabrá lo que es el verdadero crecimiento.
El pastor que
sirve a la iglesia tendrá un gran rebaño, eso es una certeza. El problema de
hoy es que los líderes no quieren servir, ellos quieren ser servidos.
Jesús abrió
su mano de reposo, para el almuerzo, el ocio, y esta no era una carga, él amaba
lo que hacía. Liberar a las personas,
sanar enfermos. Él realmente lo hacía con placer.
Ser líder es
enseñar a nuestros discípulos a servir. No a nosotros, sino a todo aquel que se
le aproxime, a todos los que vienen a nosotros. La iglesia debe ser una iglesia
de servidores. Y entonces será una iglesia de líderes.
Amar es servir.
“Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y
sus mandamientos no son gravosos.” (1Juan 5:3).
No es penoso servir
a Dios, es un servicio por amor, así debe ser para con todos. Necesitamos
aprender a servir. Quien sirve prospera, crece, se torna grande. “… el que quiera
hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor.” (Mateo 20:26).
Quiere ser grande, ¡sirva! Sirva
al Equipo de 12, sirva a su líder, sirva a sus discípulos, sirva a su iglesia. ¡SIRVA!
Una esposa que sirve tendrá el
corazón de su esposo. Un esposo que sirve tendrá el corazón de su esposa. Si
ambos sirven a sus hijos, ellos tendrán el corazón de sus hijos. Un líder que
sirve, tendrá el corazón de sus discípulos.
Servir es dar lo mejor de sí, es
entregar su don, su tesoro. Quien va a ministrar una palabra y antes busca,
pasa tiempo en oración, con certeza dará su mejor momento y tendrá éxito en el
servicio. El éxito de un líder que ministra la palabra, es ver a Dios obrando a
través de su vida. Y la palabra transformando las vidas.
¡Es
maravilloso servir! Un
profesor que ama lo que hace, tendrá éxito en su enseñanza, porque estará
sirviendo en su don: transmitir conocimientos.
Todos hemos tenido buenos
y malos maestros, podemos diferenciar entre aquellos que gustaban de lo que
hacían y aquellos que sólo lo hacían por
cuenta del salario al fin del mes. “o si de servicio, en
servir; o el que enseña, en la enseñanza” (Romano 12:7). Debemos
dedicarnos a aquello que hacemos y servir con lo mejor de nosotros.
“No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante
profecía con la imposición de las manos del presbiterio. Ocúpate en estas
cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos.”
(1Timoteo
4:14-15). No podemos ser negligentes con el don que se nos ha sido
entregado, dediquémonos con nuestro don
y busquemos perfeccionarlo. Dedicarnos enteramente en servir con nuestro don,
para que nuestro progreso sea manifestado a todos.
Dios tiene un lugar
para usted, un lugar que fue preparado para usted. Y usted sólo llegará a ese
lugar si usted se dedica a servir con lo mejor.
Quien sirve a un
Moisés como Josué sirvió, con certeza tendrá un galardón como lo obtuvo Josué.
Formar un Equipo de
12 es servir a ellos con su vida, sus enseñanzas y hacerlos hombres y mujeres
mejores de lo que ya son. Si se esfuerza por tener un equipo de excelencia, si
su deseo es tener un equipo que puede llamar a amigos, con certeza, usted
tendrá una gran conquista.
Al final de la
formación de sus discípulos el Maestro los llamó amigos, Él dijo no los
llamaría más siervos, sino amigos. Eso
es levantar un Equipo de éxito, es formar un equipo de amigos, que le sigan
porque lo aman.
Cuando usted tiene
un Equipo que trabaja a su lado por amor, la conquista se hace mucho más fácil,
es placentero interactuar con ellos, Jesús nos dio una enseñanza. El hizo 12
amigos y a pesar que uno de ellos,
Judas, lo traicionó, Él no desistió del proyecto, continuó con el propósito de tomar de dentro
del mundo un pueblo para sí mismo.
Hacer discípulos
es hacer amigos.
Hoy tengo muchos
amigos en Brasil, son Apóstoles de excelencia, hombres que tienen la virtud del
Espíritu Santo y el carácter de Jesús. Sería injusto, con algunos, si se
enumera a otros aquí, pero cuando he vuelto a mi base, que es Manaus, mi
corazón se regocija, porque tengo un equipo.
Cuando estamos
completamente entregados en el proceso de discipulado, el mejor púlpito para
ministrar es en la iglesia en la cual somos pastores, y el mejor equipo para
ser ministrado es el nuestro.
La Visión trajo de
vuelta el placer de formar discípulos. Es interesante que el Modelo estaba ahí,
en la biblia, pero sólo ahora es cuando la iglesia ha vuelto a este principio.
Alguien me preguntó
alguna vez que si la Visión era algo nuevo, en ese momento yo no supe
responder, pues pienso que todo lo que hacemos, de alguna u otra forma,
contribuye con nuestro aprendizaje. Pero hoy, meditando mejor, diría que no escogería a nadie para ser 12
por amistad, mas sí por escudriñar el corazón y ver si un discípulo tiene un
corazón de honra.
Escoger un 12 no es
una tarea que debe ser hecha con prisa, y no de cualquier manera, porque
colocar a alguien es muy fácil, pero quitarlo no.
Entonces debemos
buscar al Señor y conocer aquellos que
muestran que son hijos legítimos. Incluso si no tienen las habilidades que califican,
como ministrar bien, tener carisma etc. Debemos elegir a ser capacitados a
quienes demuestran un corazón que se deja discipular.
Hoy puedo
hablar con alegría de mi Equipo, mas no siempre fue así, en el principio nos
“docesisamos” en la iglesia y después
nos “desdocesisamos”. Después nosotros
hicimos todo otra vez. Pero valió la pena. La segunda vez que escogí a mis 12,
pues algunos de la primera generación no permanecieron porque no entendieron la
visión y yo tampoco era un líder que diera placer caminar a mi lado.
La verdad, yo
comparo los líderes de hoy con los líderes del Antiguo Testamento. Uno fue
Moisés, que trajo la Ley del Monte Sinaí. Entonces, los que son según Moisés,
predican en el Monte Sinaí; sus mensajes son ley. Yo era así. Otros son del
Monte Calvario, ellos predican de la gracia y el perdón, no predican sobre el
juicio sobre las personas, predican que Dios es Amor, mientras otros predican
que Él es Fuego Consumidor.
Yo era un líder que
no agregaba valor a las personas, colocaba en ellas normas tan altas que muchas
veces ni yo mismo conseguía cumplir. Hoy he aprendido las nociones básicas de
liderazgo.
Un líder que quiere
un Equipo liberado, necesita invertir en sí mismo y en el Equipo. Debe
valorizar al Equipo pues los discípulos no nos siguen por falta de opción, porque existen muchos Ministerios donde
serían bien recibidos.
Un líder necesita
cuidar de su vida espiritual y mantener su carácter, y entonces escoger
personas que quieran ser tratadas en el carácter, pues formar un Equipo no es
dar a los discípulos una gran referencia teórica sin mostrar a ellos que es posible ser
imitadores de Cristo.
No existe cosa más
desastrosa para un líder que vivir lo que no predica y predicar lo que no vive.
En el comienzo de mi ministerio yo recibí un consejo que jamás se me olvidó. Un
pastor me dijo que yo no debería dejar que los discípulos conocieran mucho de mi
vida, para que ellos no perdiesen el respeto. Y nunca olvidé ese consejo,
porque nunca lo seguí.
Claro que los
discípulos necesitan conocer al líder siempre, pero el líder tiene que
demostrar que es humano, y que también comete errores. Principalmente que él
vive lo que predica. Claro que toda la iglesia no está en condiciones de
conocer la vida particular del líder, eso sería humanamente imposible, los
discípulos de la primera generación cuando conocen a su líder, ellos pasan ese
conocimiento a todos, y ellos los imitan.
Los discípulos
pueden olvidar lo que usted ministra a ellos. Ellos hasta pueden conocer su
manera de predicar o incluso su voz, pero nunca podrán olvidar su manera de vivir. Si usted
cumple con su palabra, si usted cumple con sus compromisos, si usted cumple con
sus horarios etc. Sus discípulos no olvidarán quien es usted, principalmente si
usted deja en ellos una marca positiva, si usted transmite el carácter de
Cristo.
La mayor
cualidad que alguien tiene para convertirse en un gran líder es su carácter. El
carácter es ¡innegociable! Nada crece si
el líder no crece. No hay crecimiento en la iglesia si el líder principal no
crece por dentro. El líder necesita estar siempre en crecimiento, buscando conocimiento
calificado.
Cuando
alguien reclama a su rebaño, es porque él mismo está faltando a su liderazgo,
no se ha desenvuelto, no está buscando crecimiento, por eso reclama que su
Equipo no corresponde.
Los
verdaderos líderes se preocupan por el estado de sus discípulos, quiere
saber cómo han estado hasta en las cosas
mínimas. “Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas, Y mira con
cuidado por tus rebaños; Porque las riquezas no duran para
siempre; ¿Y será la corona para perpetuas generaciones?” (Proverbios
27:23-24).
Es necesario
acompañar la vida del discípulo, mantenerlo cerca, es como educar a un niño, no debemos dejarlos. Cuando
usted se preocupa por su rebaño, éste crece y se desarrolla.
Discipular es desarrollar el carácter de
Cristo en los discípulos, y para eso es necesario la comunión. Es una práctica
nuestra, muy saludable, llevar a los discípulos, por lo menos dos veces al año
a un retiro con sus familias. Hacemos poco, pero es lo que nuestra agenda nos
permite hacer hoy. Ellos tienen más dificultad con la agenda de ellos que
nosotros. Porque todos están involucrados con su generación.
De todas las reuniones realizadas en
nuestro ministerio, la más importante de las reuniones es la Reunión de
Líderes, pues en nuestra reunión nosotros despertamos cada líder para una
conquista sobrenatural. En esa reunión ellos son apacentados y desatados.
Nuestra reunión acontece cada miércoles y los jueves todos están involucrados
en sus células, esto, después de recibir una inyección de ánimo en la reunión
del miércoles, ya que consideramos que así debía ser.
Capítulo 12
¿Cuáles son
los criterios para elegir un 12?
Esta es una pregunta
que todos nos hacemos. ¿Cómo escoger un buen Equipo? ¿Quién debe ser escogido
para participar en ese Equipo?
Tenemos que observar
al Líder más grande que la Historia ya
conoció, El Señor Jesús. Él no miro una multitud, escogió 12 hombres que
impactaran su generación, excepto Judas, que era el hijo de perdición.
Cuando buscamos en
el Equipo de Jesús, podemos hacer muchas conclusiones y por medio de ellas,
tener la tranquilidad para escoger a nuestros 12 principales.
La primera actitud
que debe ser observada es que Jesús escogió a sus 12 después de pasar una noche
en oración. Todo debe ser llevado a Dios en oración. Dios siempre nos da la
dirección a seguir. El gran problema es que muchas veces no estamos dispuestos
a esperar en Dios.
Otra actitud de
Jesús es que Él no escogió sus 12 basándose en posición social. Su grupo era
muy mixto. Pedro era pescador, hombre iletrado, sin mucha cultura, en tanto que
Mateo era cobrador de impuestos.
Creo que en la
multitud de seguidores de Jesús habían personas de todas las clases sociales y
culturales. Mas creo firmemente que Jesús escogió sus discípulos basándose en
el corazón de honra que había en ellos.
Cuando escogemos un
discípulo por causa de su capacidad oratoria y por su poder de agrupar personas
a su lado, podemos tener decepciones grandes en el futuro, pues quien tiene un
corazón de deshonra, con certeza, un día manifestará lo que tienen dentro de
sí.
Necesitamos
escudriñar el corazón de nuestros discípulos, pedir al Señor nuestro Dios que
nos entregue sus corazones. Pues sólo un Equipo que ame al líder estará
dispuesto a entregar su vida por una Visión.
Antes de “comprar”
la visión de un líder, el Equipo ya “compró” al líder. Tal vez ese no sea el
término más adecuado, pero lo que yo quiero expresar es que cuando los
discípulos ya aceptaron su liderazgo, cuando ellos están a su lado es porque le
aman. Eso hará de ustedes un Equipo que conquista de forma diferente de los
demás.
Si alguien de su
Equipo está con usted por cualquier otro
motivo que no sea amor, ese
discípulo ciertamente no está apto para formar parte de su Equipo de 12.
Lo que diferencia un
Equipo de 12 excelentes de los demás equipos es el amor por el líder y la unidad entre ellos.
La principal tarea
de un líder no es apacentar a una multitud, pero sí tener un Equipo y que se disponga a
alimentarlo.
Cuando Jesús
multiplicó los cinco panes y dos pequeños peces. Él dejó a sus discípulos para
que ellos alimentasen la multitud. Jesús fue altamente estratégico, separando
la multitud en grupos de 50 y dando a su Equipo la tarea de llevar hasta ellos
el alimento.
Cuando nos
concentramos en una multitud, nosotros mismos permitimos a nuestro Equipo de 12 distanciarse. Cuando
mantenemos a los 12 cerca y en cooperación al alimentarlos y en el pastoreo, al
final terminamos por lograr una
multitud. Pues los mensajes, las estrategias, corren como un reguero de pólvora
por toda la iglesia y la conquista se establece más rápidamente.
Haciéndolo así,
tendremos 12 líderes que trabajarán por la estrategia. Mientras que solos no
conseguiremos alcanzar todos los discípulos en la misma velocidad.
Es impresionante
como la Visión funciona cuando actuamos a través de los 12.
La nueva Jerusalén
tiene 12 puertas. La Visión Celular en el Modelo de los 12, los 12 de 1ª
Generación son como las doce puertas de la Nueva Jerusalén. Es a través de
ellos que el pueblo llega al Ministerio, a sus Generaciones y que conquistan
las multitudes.
Los 12 son como los
fundamentos de la ciudad, ellos necesitan ser bien entrenados y cuidados. No
podemos permitir que un fundamento se derrumbe.
Cuando tenemos un
comando que pasar a la iglesia lo hacemos a través de los 12, que lo pasan a
sus 12, que pasan a sus 12… es así como todo el Ministerio se va fortaleciendo
en una sola Visión de conquista.
Algo que también
hemos aprendido es valorizar a nuestros discípulos, ellos son nuestro Equipo de
primera línea, nuestra tropa élite. Hoy tenemos reuniones con los 12 de la 2ª
Generación con el objetivo de desatarlos para una conquista sobrenatural.
Podemos decir que tenemos 12 Equipos de 12. Sin perder el foco que nuestro
Equipo principal son los 12 de la 1ª Generación.
Tengo plena convicción de que si esta Visión es colocada
en práctica, con el alma de la Visión, teniendo en cuenta que esa fue la manera
con la cual Jesús administró su conquista, tendremos la mayor cosecha de todos
los tiempos en nuestra generación.
De todo lo que
analizamos aquí, podemos resumir en pocas palabras: Forme un Equipo de 12,
valorícelos, entrénelos, cuide de ellos. Y usted tendrá la mayor conquista de
su Ministerio.
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